La Navidad se ha colado de nuevo en nuestras vidas. Es la Navidad de la crisis. Las luces brillan menos, los villancicos suenan con menos fuerza y el aire es mas frio. La parafernalia navideña se diluye entre historias anonimas de gentes con problemas familiares, economicos, laborales, etc. Personas que pasan hambre, frio y que no tienen nada claro lo que significa la palabra "mañana".
Alguien dijo alguna vez que la peor situación en la vida, es aquella en la cual se pierde la esperanza, los sueños se rompen y las vidas se destrozan.
Es necesario un rearme moral, una refundición de los valores y un resurgir de la esperanza, pero pensando siempre que la solución a los problemas pasa por nosotros mismos y no por un Obama cualquiera que venga a vendernos la solución a todos nuestros problemas, por obra y gracia del Espiritu Santo: el tal Espiritu suele estar bastante ocupado.
Nuestra vida en prisión, nos da la oportunidad de entrenar esas "virtudes"que vamos a necesitar en nuestra vida en libertad para sobrevivir en un mundo extremadamente competitivo y cruel.
La disciplina personal, el esfuerzo diario, el afan de superación, el trabajo colectivo, son actitudes que la vida en Prisión, nos permite entrenar y perfeccionar, para luego jugar el gran juego de la vida, ahí fuera de los muros, donde, no olvidemos, las circunstancias sociales, economicas y laborales son bien distintas de aquellas que muchos conocierón antes de perder la libertad.
La batalla va a ser muy dura y dificil de ganar, solo apta para "guerreros curtidos" que no se encogen, que no se arrugan ante nada y que si el avatar del destino les parte la cara y los derriba, vuelven al dia siguiente -con nuevos brios- a plantarse de nuevo en el campo de batalla, para volver a dar la cara: esa es la actitud, que quizas no nos lleve a ganar todas las batallas, pero que seguro nos hara ganar la guerra. En todo caso, es una obligación que tenemos con nosotros mismos y con los que están fuera, esperandonos.
Aprovechemos este tiempo muerto, para ponernos al dia, para reafirmar estas cualidades que están dentro de nosotros y que tanto vamos a necesitar en nuestra vida en libertad: el futuro es nuestro, si sabemos plantarle cara. Que nuestra vida en prisión nos sirva de entrenamiento discplinado y rigurosos, para el gran partido que nos toca disputar, en cuanto abandonemos los muros de este recinto penitenciario: un partido que no admite empates, hay que ganar la lucha por la supervivencia laboral, fisica, mental y emocional.
... Y que la Navidad, nos devuelva la fe en nosotros mismos, en el futuro, y sobre todo ... !Que vuelvan los hombres de buena voluntad! : los necesitamos.
P.D.- Desde el Centro Penitenciario de A Lama. !Felices Fiestas a todos, todos .
T.D.F.
jueves, diciembre 24, 2009
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