El jueves día 29 de marzo 2012, un mago de la cocina. Pepe de Casa Solla, nos rindió visita al Centro. Todo ello, en el marco del libro de recetas que esta elaborando la Fundación Barrié de la Maza, cuyo prólogo correrá a cargo de este mago de los fogones, y que podría llamarse: Sabores del Mundo.
Pepe Solla, como el invita a que le llamen, ya que es para él una manera de acercarse más a los suyos. Y cuando digo suyos, no podemos obviar sus padres, quienes desde su tierna infancia, le inculcaron el amor por la cocina y la bondad que tanto le caracteriza.
Al primer encuentro con esta “Gran Toga” de nuestra cocina. Guía Michelín desde 1980, uno deja de ser el admirador eterno, para compartir con él un paseo por su verbo fácil, tierno en el acercamiento, noble, humilde y de expresión franca, donde en cada una de sus frases, se vislumbra el amor a los suyos y el amor por la cocina.
Con José González, al cual al cabo de un instante, se le llama; Pepe Solla, todo gira en torno a la cocina. Ella es su mundo, ella es su amada, su novia y su mañana. Cada una de sus arrugas toma vida cuando describe la cocina, el arte de cocinar y nuestros productos gallegos.
Es un poco el amigo que todos hemos soñado con tener, al que todo se le puede contar, y sea lo que sea, sigue siendo amigo. Su don de comprensión va más allá de lo habitual. Su tolerancia no tiene parangón ni limites.
En su visita nos deleitó con explicaciones que van más allá de la cocina. Nos habló de sus amigos cocineros, de lo que cuesta mantenerse en la cresta de la ola, de las visitas sorpresas de los inspectores de Michelín y sobre todo de sus padres, de quienes lo heredó todo.
Cuando pienso que este hombre, este maestro de los fogones, totalmente autodidacta, que no frecuentó ninguna escuela de cocina.
Pepe Solla, como el invita a que le llamen, ya que es para él una manera de acercarse más a los suyos. Y cuando digo suyos, no podemos obviar sus padres, quienes desde su tierna infancia, le inculcaron el amor por la cocina y la bondad que tanto le caracteriza.
Al primer encuentro con esta “Gran Toga” de nuestra cocina. Guía Michelín desde 1980, uno deja de ser el admirador eterno, para compartir con él un paseo por su verbo fácil, tierno en el acercamiento, noble, humilde y de expresión franca, donde en cada una de sus frases, se vislumbra el amor a los suyos y el amor por la cocina.
Con José González, al cual al cabo de un instante, se le llama; Pepe Solla, todo gira en torno a la cocina. Ella es su mundo, ella es su amada, su novia y su mañana. Cada una de sus arrugas toma vida cuando describe la cocina, el arte de cocinar y nuestros productos gallegos.
Es un poco el amigo que todos hemos soñado con tener, al que todo se le puede contar, y sea lo que sea, sigue siendo amigo. Su don de comprensión va más allá de lo habitual. Su tolerancia no tiene parangón ni limites.
En su visita nos deleitó con explicaciones que van más allá de la cocina. Nos habló de sus amigos cocineros, de lo que cuesta mantenerse en la cresta de la ola, de las visitas sorpresas de los inspectores de Michelín y sobre todo de sus padres, de quienes lo heredó todo.
Cuando pienso que este hombre, este maestro de los fogones, totalmente autodidacta, que no frecuentó ninguna escuela de cocina.
Benigno A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario