La imagen de la psicología en el cine cierra el curso de la UNED en prisión
La prisión de A Lama clausuró ayer una nueva edición de los cursos de verano de la UNED analizando la representación cinematrográfica que se realiza de los trastornos mentales o de la psicología. Fue el profesor Vicente Pérez Fernández el encargado de cerrar el seminario con la ponencia Psicología y cine; un cruce de miradas.
En el transcurso de su intervención analizó, entre otras cuestiones, los mitos que algunas películas han creado alrededor de los afectados por autismo o por Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
De este modo, y apoyándose en dos clásicos contemporáneos como son Rain Man y Al rojo vivo (Mercury rising), señaló que es tan común como erróneo equiparar autismo con retraso mental, así como dotar de habilidades extraordinarias a los autistas. Tras precisar que el cine sí suele representar convenientemente otras facetas de este trastorno, caso de las dificultades expresivas, el rechazo al contacto físico o que los afectados muestren unos intereses muy restringidos, reiteró que «es muy típico del cine añadir un don casi sobrenatural» a estas personas.
En su opinión, tal creencia puede deberse a la alta capacidad de centrar y restringir su interés sobre un tema concreto que presentan los autistas. De este modo, pueden alcanzar una alta destreza en esta materia, pero sin ser diferente de lo que podría lograr cualquier otro individuo que no manifestase tal trastorno si mantuviese el mismo nivel de «entrenamiento persistente y continuo».
Comportamientos repetitivos
En cuanto al TOC, Pérez Fernández echó mano de Mejor... imposible. En este caso, señaló que se trata de individuos que muestran comportamientos compulsivos y repetitivos, de los que son conscientes y que «suelen generalizarles sentimientos de culpa que tratan de ocultar». Sin embargo, el cine suele recurrir al humor, dado que mostrar estos rituales son «formas fáciles de provocar situaciones cómicas».
Lamentó que, en ocasiones, este trastorno se represente en las películas mediante personajes con marcadas de actitudes racistas, homofóbicas o de mala educación, que «nada tienen que ver con el TOC».
La prisión de A Lama clausuró ayer una nueva edición de los cursos de verano de la UNED analizando la representación cinematrográfica que se realiza de los trastornos mentales o de la psicología. Fue el profesor Vicente Pérez Fernández el encargado de cerrar el seminario con la ponencia Psicología y cine; un cruce de miradas.
En el transcurso de su intervención analizó, entre otras cuestiones, los mitos que algunas películas han creado alrededor de los afectados por autismo o por Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
De este modo, y apoyándose en dos clásicos contemporáneos como son Rain Man y Al rojo vivo (Mercury rising), señaló que es tan común como erróneo equiparar autismo con retraso mental, así como dotar de habilidades extraordinarias a los autistas. Tras precisar que el cine sí suele representar convenientemente otras facetas de este trastorno, caso de las dificultades expresivas, el rechazo al contacto físico o que los afectados muestren unos intereses muy restringidos, reiteró que «es muy típico del cine añadir un don casi sobrenatural» a estas personas.
En su opinión, tal creencia puede deberse a la alta capacidad de centrar y restringir su interés sobre un tema concreto que presentan los autistas. De este modo, pueden alcanzar una alta destreza en esta materia, pero sin ser diferente de lo que podría lograr cualquier otro individuo que no manifestase tal trastorno si mantuviese el mismo nivel de «entrenamiento persistente y continuo».
Comportamientos repetitivos
En cuanto al TOC, Pérez Fernández echó mano de Mejor... imposible. En este caso, señaló que se trata de individuos que muestran comportamientos compulsivos y repetitivos, de los que son conscientes y que «suelen generalizarles sentimientos de culpa que tratan de ocultar». Sin embargo, el cine suele recurrir al humor, dado que mostrar estos rituales son «formas fáciles de provocar situaciones cómicas».
Lamentó que, en ocasiones, este trastorno se represente en las películas mediante personajes con marcadas de actitudes racistas, homofóbicas o de mala educación, que «nada tienen que ver con el TOC».
López Penide
La VOZ DE GALICIA
24/7/2010
La VOZ DE GALICIA
24/7/2010
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