Jorge es católico practicante y Abdul ferviente musulmán. Zen “el chino” no lo sé, pero parece que está cercano a alguna religión oriental. Ernesto es ateo militante y Paco se queda en agnóstico que asiste a misa sólo en bautizos y bodas.
Todos están en el mismo espacio y respiran en el mismo patio.
Jesús es casi millonario ahí afuera y Manuel no tendrá ni para comer el día que le dejen libre. Eduardo es licenciado universitario y José Juan se apuntó este año en el curso de alfabetización. Klaus habla cuatro idiomas perfectamente, (además de algunos saludos en rumano, árabe y gallego) y a Mohamed le cuesta expresarse bien en su idioma oficial.
Todos comparten actividades y comedor.
Andrés tiene toda su familia a 9.000 kilómetros y Raúl a sus padres a 15 minutos en coche. Juan viajó por medio mundo y “parte del extranjero” y Bamba lo único que conoció aparte de su aldea natal es el estrecho y dos prisiones en la península. José cumple en octubre 73 años y Pablo 19 en diciembre.
Todos guardan silencio en cada recuento.
Condenados y preventivos. Por delitos graves y sanciones económicas no pagadas. Con años en prisión y recién llegados. Reincidentes y novatos. Internos reinsertables y casos perdidos.
Todos ya conocen como duele perder la libertad.
Un día en prisión, compartir un módulo con más de cien historias, es algo imposible de vivir o experimentar en ningún otro entorno.
De cualquier situación y experiencia, por dolorosa que sea, por triste que sea, siempre se puede y se debe extraer algo positivo, que nos enriquezca en lo humano.
El mestizaje cultural, el espacio interracial, la variedad idiomática y demás diferencias nos deben enseñar.
Enseñar, sobre todo, que las diferencias y lo distinto no es tanto cuando, ante todo, valoremos a la persona en sí y no por su origen, creencia o status social. Todos podemos sentirnos ciudadanos del mundo.
Todos están en el mismo espacio y respiran en el mismo patio.
Jesús es casi millonario ahí afuera y Manuel no tendrá ni para comer el día que le dejen libre. Eduardo es licenciado universitario y José Juan se apuntó este año en el curso de alfabetización. Klaus habla cuatro idiomas perfectamente, (además de algunos saludos en rumano, árabe y gallego) y a Mohamed le cuesta expresarse bien en su idioma oficial.
Todos comparten actividades y comedor.
Andrés tiene toda su familia a 9.000 kilómetros y Raúl a sus padres a 15 minutos en coche. Juan viajó por medio mundo y “parte del extranjero” y Bamba lo único que conoció aparte de su aldea natal es el estrecho y dos prisiones en la península. José cumple en octubre 73 años y Pablo 19 en diciembre.
Todos guardan silencio en cada recuento.
Condenados y preventivos. Por delitos graves y sanciones económicas no pagadas. Con años en prisión y recién llegados. Reincidentes y novatos. Internos reinsertables y casos perdidos.
Todos ya conocen como duele perder la libertad.
Un día en prisión, compartir un módulo con más de cien historias, es algo imposible de vivir o experimentar en ningún otro entorno.
De cualquier situación y experiencia, por dolorosa que sea, por triste que sea, siempre se puede y se debe extraer algo positivo, que nos enriquezca en lo humano.
El mestizaje cultural, el espacio interracial, la variedad idiomática y demás diferencias nos deben enseñar.
Enseñar, sobre todo, que las diferencias y lo distinto no es tanto cuando, ante todo, valoremos a la persona en sí y no por su origen, creencia o status social. Todos podemos sentirnos ciudadanos del mundo.
CARLOS C.
Conocer gente muy diferente a nosotros y muy diferente entre sí, es lo que nos enriquece realmente, y convivir con ellos aun más.
ResponderEliminarMucha gente morirá en la comodidad de su sofá, ignorante de todo lo que pasa de puertas para fuera. Solo habrán conocido sus vidas, y eso no es vivir. En cambio todos los que has nombrado, tú mismo, teneis al menos una historia que contar, la historia de vuestras vidas y de todos los que han vivido gracias al aire que habeis expirado. Un abarazo
¡¡¡ Libertad es poder expresarse como Carlos C.!!! NO creas que "Los libres" tienen "Libertad" en gran mayoría son "esclavos" del dinero, el que dirán, las hipotecas,... y no quiero mencionar (por ser un tema muy triste) los que están esclavizados por las adicciones que someten su con mano de hierro, a las mayores vilezas robándole la dignidad que todo ser humano tiene derecho a ejercer.
ResponderEliminarMi mayor respeto por todos y cada uno de vosotros, los que creéis, los agnósticos, los ateos, todos tenéis mi respeto, y es por esto que puedo deciros lo que yo a lo largo de mi vida ( y es larga de verdad) y ido poniendo en ella a Jesucristo. Desde que sigo sus mandatos he dejado de vivir en ANGUSTIA, MIEDO, ENVIDIA; RENCOR; hoy la PAZ que invade mi vida me deja DORMIR de noche y de día compartir con mis semejantes de todo lo bueno que me pasa lo menos bueno lo paso por el tamiz de la comprensión y siempre se puede aprender algo.
Quiero daros mi más sincera felicitación por la idea del Blog