miércoles, febrero 18, 2009

LA CARCEL EN LOS LIBROS DE TEXTO

Quería hacer una descripción de la cárcel (también de la vida en la cárcel…), que pudiese ser explicada a menores (apta para todos los públicos). Le di muchas vueltas a la cuestión pedagógica y a si era o no conveniente que las prisiones apareciesen en los libros de texto de la ESO. En los de Ciencias Sociales, por ejemplo, como cualquier otro asunto de los que se tratan en esta asignatura.
Porque está claro que si lo ponemos en la de Educación para la Ciudadanía; o no la darían, o la darían en inglés o, la explicarían desde puntos de vista muy alejados (según el centro educativo) y; casi seguro, de un modo demasiado formal. Es decir, los maestros (por lo general…) no han estado en prisión y hay cosas que deben ser contadas desde un conocimiento más directo. Cuando yo era un adolescente (de esto ya hace la tira de años…), las cosas del sexo, apenas se abordaban en el entorno familiar, así que, a los que fuimos educados en internados; acababa explicándonos estas materias tangenciales (asignaturas pendientes…), los frailes, curas y monjas que eran a su vez: maestros, educadores, cuidadores… Y, claro…
Como se suele decir en Galicia: “éramos nenos pero parvos non”. Sabíamos sumar, restar, multiplicar, dividir y algunos hasta sabíamos qué era un número primo. Pero, de primos teníamos poco y no nos cuadraba, no ya lo que nos contaban, que era poco y de aquella manera; sino que nos lo contasen quienes nos lo contaban. Porque claro… haber… si estaban todo el puto año haciendo hincapié en lo buena cosa que era la castidad (o amenazando con terribles e infernales castigos a todos aquellos que osasen emular a Onán) ¿Cómo es que esos mismos, que se habían prohibido el sexo (y la maternidad y la paternidad biológicas) a si mismos; sabían tanto acerca dello?
Haremos una cosa. Explicaremos la prisión como ellos hacían con el sexo: haciendo parábolas y aproximaciones lejanas.

A.V.B

viernes, febrero 13, 2009

1ª CARRERA POPULAR SAN BRAIS- PONTEVEDRA.

Durante toda la mañana del sábado día 7 de Febrero, estuve deseando que pasaran las horas. Era mi primera carrera donde iba a participar en completa libertad. A las 3 de la tarde salimos del Centro, acompañados de dos educadores, D. Iñaki y D. Javier. Éramos seis los que teníamos esta oportunidad. Sobre las 15 horas 30 minutos llegamos a la capilla de San Brais. Una iglesia pequeña, enmarcada en lo alto, donde existen unos caminos estrechos, a las afueras de la ciudad de Pontevedra. Como todo lugar religioso, su contorno envolvía paz, tranquilidad, sosiego, serenidad…
El ambiente era de fiesta, se escuchaba constantemente música por los altavoces. El tiempo amenazaba con llover. Mis compañeros, Doro, Raúl, Samuel, Ismael, Fernando y Jessica. Juntos recorrimos la totalidad del circuito donde iba a desarrollarse la prueba o , pues aún faltaba hora y media para el comienzo. Ya se veían los primeros participantes, de todas las edades. Desde niños de pocos años, hasta un señor de casi noventa años (le faltaban once días). Esta persona mayor, su cara me era conocida. Era el comentario que le hacia a mis compañeros. Cual fue la sorpresa, cuando nos dicen que es campeón del mundo en su categoría. Que en su última prueba, quedó tercero y dentro de muy pocos días volvía a competir en Finlandia por el campeonato del mundo.
Acompañaban a los más jóvenes sus padres. Esperando a que diera comienzo la tan esperada iniciación. Los organizadores continuamente llamaban a inscribirse a los participantes. Cada uno fue recogiendo su dorsal y su camiseta conmemorativa.
A las cinco dio comienzo la primera salida de los alevines, acompañados de su padre/ madre, recorriendo unos cincuenta metros. Su sonrisa y júbilo al atravesar la meta, apoyándolos con nuestros aplausos. Fueron desarrollándose las distintas salidas por categorías, a más edad, más distancia recorrida. Jessica participó en la categoría de mujeres mayores de 18 años, como una gran campeona termino todo el recorrido. Sobre las seis menos diez, nos preparamos todos los mayores de dieciocho años. Había participantes donde su aspecto físico y sus equipajes demostraban su alto nivel. Eran cuatro vueltas al circuito, sobre 5.000 metros, un rompe piernas con subidas y bajadas. Cada cual corría al ritmo que podía. Los primeros nos pasaban velozmente, dejándonos atrás con los rezagados. Todos terminamos la prueba en el lugar que nuestra condición física nos permitió. Yo particularmente, no estaba a la altura de mis posibilidades. Junto a que llevaba varios meses sin entrenar, tenía un esguince que no había curado. Me gusto la experiencia de competir, sé que volveré hacerlo. Me gusta el atletismo. La salud que da el deporte es muy beneficiosa. Terminamos la tarde, asistiendo a la entrega de medallas y trofeos. Agradecer, primero al Centro, que a través de sus responsables fue posible esta competición atlética. A los organizados de San Brais, por todo, el chocolate con churros, las bebidas y todo lo demás. Y la promesa que volveré, mejor preparado. Ganar una competición es sinónimo de fuerza física y mental y, si alguna prueba es dura, el deportista tiene que ser más.


A. F. G.