viernes, octubre 26, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 70


Tenzin Gyatso

Igual es mucho suponer pero a mí me gusta pensar que lo que se persigue con la educación de las personas, con la ética, la moral, es la felicidad de esas personas y de las que con ellas han de compartir la vida, el edificio, las calles, las ciudades, los continentes, el planeta. Estoy de acuerdo con Tenzin Gyatso (y con Platón) en que eso deberíamos perseguir (todos) con cada una de nuestras acciones. La mayoría de las religiones vienen a decir que hay que ser infeliz en esta vida para ser feliz en otra. Por eso, hoy quiero recoger el pensamiento de este monje budista al respecto de qué cuales son los valores básicos que deberían enseñarse a cualquier ser humano y sobre quien debería hacerlo.

La felicidad no es un don, sino un arte que hay que cultivar desde el interior de cada uno. Es la liberación, el cese del sufrimiento. He visto a personas muy ricas y muy bien educadas muy desdichadas. Las sociedades donde reina el exceso de consumo no producen ninguna satisfacción. Buscar la felicidad es conocer la realidad y combatir las expectativas erróneas porque la ignorancia es la causa de todo sufrimiento. Hay que educar la mente para reducir las divergencias entre apariencia y realidad. Prestar atención a los valores internos.

Practicar la compasión beneficia porque reduce el estrés; hay que entender que estamos en la vida para ser positivos, no para causar daño a los otros. El amor y la compasión ayudarán a tener una mayor paz mental y mejor salud. El odio, en cambio, destruye el sistema inmunológico. Mi convicción es que cada ser humano es responsable de contribuir para conseguir un mundo mejor. La gente inflige dolor a otros en la búsqueda egoísta de su propia felicidad y satisfacción. Muchas veces se confunde también placer y felicidad. Sin embargo, la verdadera felicidad surge de un sentido de hermandad.

Necesitamos cultivar una responsabilidad universal hacia los demás y hacia el planeta que compartimos. Entender que todo es interdependiente. Por ello es importante un sistema educativo laico basado en valores humanos básicos, como la compasión, el amor o la amabilidad. Ello no excluye las religiones. Pero estimo que la transmisión de los valores humanos, que antes era tarea de las religiones, debe hacerse actualmente de forma laica. Considero más importante el desarrollo de los valores humanos que la religión”.

Estoy convencido de que estas palabras son un verdadero ejemplo de ecumenismo, de sensatez y de perseverancia en las propias creencias. Lo que dice no es nuevo, en realidad es muy antiguo, tanto que hasta aparece en algún que otro Evangelio: “A Dios lo que es de Dios y el Cesar lo que es del Cesar” y según las precedentes reflexiones de Tenzin Gyatso deberían aplicarse también (y quizá con más motivo) a la educación. La realidad es el “espacio” donde todos “somos” y siempre alcanza a los que quieren escapar de ella.

Lo importante es ser realista. Cualquiera que tenga un sentido claro de la realidad sabe lo que le espera; dependiendo de esa conciencia, la vida puede ser agradable o miserable. La verdadera felicidad llega cuando uno se da cuenta de lo que es inútil en tu vida. Es mi filosofía. Si un problema tiene solución, no hay que preocuparse. Si no la tiene, no ayuda preocuparse”.

A. V. de B


viernes, octubre 19, 2007

MI EXPERIENCIA CON DIOS

Mis amigos,

Soy yo otra vez, vuestro pequeño amigo escocés en esta enorme prisión española.

¿Como estáis todos?

He acabado la descripción de cómo DIOS entro mi vida, y en mi corazón aquí en prisión. Para mi ha sido una experiencia dramática, pero, no estoy seguro de haberme expresado bien en mi relato.

Mejor empezaré desde el principio, el día 6 de abril de 2004, estaba por mis negocios de marisco en Vigo y fui detenido con 7 kilos de cocaína pura. No eran míos pero yo era culpable, estaba en el sitio equivocado y con las personas equivocadas, era un pecador y el pasado me había alcanzado.

Así que me metieron en un calabozo frío y oscuro en Vigo y después de 2 días sobreviviendo con un vaso de agua. Pensé que aquello era muy serio y que mi sonrisa bonita no me iba a sacar de la situación. Fueron unos momentos muy duros y frustrantes, pensé en mi familia y en el su tormento y creí que lo mejor sería pedir la ayuda de dios. Por aquel entonces no era muy cristiano, Pero estaba aterrorizado por haber sido arrestado y por estar por primera vez en prisión.

Cuando era joven mi madre solía llevarme a la iglesia, pero como muchos pensaba que no era importante para mi. Así que me puse de rodillas y empecé a rezar, sin realmente saber como hacerlo, intentando recordar los rezos del señor.

Empecé hablando al señor y por momentos a llorar. Cuando te han encerrado tu mente se vuelve loca. Todos los fallos que has cometido a lo largo de tu vida te pasan por la cabeza. En ese momento no había ninguna luz o muros cayendo como pasó al apóstol Pedro, era mas como una voz en mi cabeza que decía: “Confía en mí; confía en mí“

Pensé que aquellas palabras no eran para mí, que me lo estaba imaginando.

Después de dos días de una experiencia que no deseo repetir, me trasladaron a la prisión de A Lama y me metieron en una celda en ingresos. Sólo tenía lo que llevaba puesto y una manta fina. ¡Pasé mucho frió¡ Estaba encerrado las 24 horas durante seis días, lo cual es poco habitual, normalmente te pasan al módulo después de un día. Pero era Semana Santa y en aquel tiempo experimenté lo que para mi sería una señal que Dios quería que escuchase.

No uso reloj, Así que al estar encerrado solo en una celda, constantemente: ¿que hora es? Para nosotros, a veces, en el tiempo que vivimos en la cárcel, los minutos son como años y los años como minutos. Escuchaba un sonido de campanas de una iglesia en la distancia. Esa iglesia estaba lejos en la cima de una montaña y las campanadas marcaban la hora. Es una cosa simple y sencilla, pero no te imaginas como me reconfortaba ese sonido. Sentía que el señor intentaba hablar conmigo. Fue mas tarde cuando me di cuenta de que, en pocas de las más de mil celdas, escuchaban las campanadas. En los siguientes 8 meses recibí una pequeña Biblia, que mi madre me mando y empecé a leerla. Mi mente se abrió como cuando una luz ilumina una habitación oscura. Mi conciencia había despertado, estaba tan interesado en las palabras del señor que eran oxigeno para mí.

El libro de Hechos, que describía al apóstol Pablo, sus viajes y el mensaje de Jesús fue una revelación. Tengo una enorme imaginación (pregúntale a mi hermosa esposa), así que pude recrear fácilmente lo que ocurrió hace más de 2000 años.

El 9 de noviembre del 2004, estaba en mi celda y leía “Personal Peace“ de Billy Graham. Fue cuando comprendí lo que era “EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRTIU SANTO”, lo que significaba y lo que quería decir. ¡Que noche aquella!, comencé a saltar de alegría en mi celda. Esa fue la noche en la que DIOS entro definitivamente en mi vida.

La navidad del 2004 y el año nuevo fueron muy estresantes emocionalmente para mí, había llegado la hora de mi juicio, y tuve mi más fantástica experiencia.

Era un sábado por la mañana y estaba encerrado, había pasado mucho tiempo leyendo literatura cristiana, incluyendo mi Biblia, rezando y buscando en mi interior. Esa mañana me encontraba meditando y pidiendo el perdón al señor, cuando sentí una fuerte presencia. Era irreal y muy real al mismo tiempo. Caí de rodillas pidiéndole al señor que me perdonara y me ayudara. Me levanté, entre en la ducha y empecé a enjabonarme mucho como si la cantidad de jabón pudiera limpiar mi alma.

Cerré mis ojos con mucha fuerza y dentro de mis parpados se formo algo como una imagen o una película de todas las cosas malas que había hecho a lo largo de mi vida: desde mandar a mi maravillosa madre a tomar por ****, hasta las realmente vergonzosas. Cosas, delitos que yo había cometido en el pasado, muy malos actos, y cuando las imágenes de mi ése pasado desaparecieron de mi cabeza, pude ver como Jesús era crucificado con puntas oxidadas, de 8 pulgadas. Pude ver como entraban en sus carnes cada vez que el martillo las golpeaba .Cada golpe era un pecado y pude sentir su dolor, las heridas de su carne, ver su sangre y oír sus gritos. Era mi castigo. ¡FUE REALMENTE INCREIBLE!

Estaba enjabonándome y muy concentrado en mí mismo cuando escuche claramente una voz, como si hubiese alguien conmigo en la ducha.

“Estas perdonado Thomas, el murió por tus pecados”

“Estas perdonado Thomas, el murió por tus pecados“

Salí de la ducha en lágrimas, conmocionado y desde entonces intento conducir mi vida de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Seré honesto, la alegría que siento teniendo a Jesús en mi vida es increíble, me encantaría embotellarla, con ella podría curar el mundo. EL me ha liberado de la oscuridad de mi pasado. El señor no comete errores, el señor me guía.

Mi mensaje para todos vosotros es que el señor cambia vidas, y que a veces tenemos que sufrir para llevar una vida diferente, mejor. Solo necesitáis abrir vuestro corazón y vuestra mente a Jesús y dejar el resto en sus manos.

Esta es mi experiencia, gracias y que Dios os bendiga.

THOMAS

lunes, octubre 15, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 69


¿Educación para la Ciudadanía? (4)

¡¡UFF!! Se me olvidó advertir que aquellos que se encuentren abducidos por cualquier secta religiosa eviten leer esta serie del diario. A la mayoría de ellos les resultará a buen seguro insultante y ofensiva; otros creerán que no va con ellos porque: ellos no pertenecen a ninguna secta… vale pues, allá cada cual con lo que bebe; por mi parte queda hecha la advertencia y es a tiempo porque lo gordo aún no lo he mentado. Y ahora pido perdón al resto de la concurrencia porque, sé que saben que lo anterior lo he puesto a sabiendas de que, escribirlo, me garantiza que los jerarcas que lean lo que resta y se ofenderán mucho.

Así son los laberintos de las mentes en las que los jardineros que recortaron los setos eran tradicionales y judeocristianos. Basta que se les haga un anuncio morboso, basta que su religión lo prohíba, para que sientan una imperiosa necesidad de mirar, de leer, de practicar lo prohibido (según ellos: de pecar). Sin duda, reminiscencias de ese pecado original (tan poco original) que desde niños les meten entre oreja y oreja, con el permiso y la aquiescencia de sus padres que, en muchos casos, pagan carísimos colegios para que este tipo de mitos se enseñen ¡¡mezclados con la ciencia!!

Física, química, matemáticas, anatomopatología, trinidad y resurrección. Derecho romano, derecho canónico, derecho natural, judicatura y notarías, ducha con agua fría, misa de a ocho a diario (en ayunas); desayuno y más clases con más doctrina. Divorcio = pecado; Aborto = pecado mortal; células madre = prohibido; sexo… ni tocarlo (si tu mano te ofende, córtatela); condones… aplíquese lo precedente; VIH = castigo divino (para inmorales); inmorales = todos menos nosotros; mujer = virgen, esposa, madre; compañera… no existe, aplíquese lo precedente.

¿A que es un cacao de mil demonios? Pues, únase al párrafo anterior (a lo de ayer…) una férrea separación por sexos (sólo superada en las prisiones) que únicamente se rompe en misa de domingo. Confesión semanal obligatoria (antes de la misa). Añádase una larga lista de libros prohibidos, películas prohibidas, músicas prohibidas, revistas prohibidas y desaconsejadas. Toda diversión mal vista, por inocente que sea. En realidad, hasta la alegría y la misma risa está mal vista. Recuerdo cuanto me costó devolver a la biblioteca la novela de Humberto Eco: El Nombre de la Rosa, sin que me vieran ni la echasen falta. Una amarga revelación que leí dos veces.

Por cierto, los dos últimos párrafos pertenecen casi íntegramente al diario de un amigo que estudió medicina en la Universidad Pontificia de Navarra; en cuyo hospital universitario murieron sus padres (Farmacéutico él, esposa ella y, ambos socios supernumerarios del Opus Dei); hecho este (la muerte…) que le liberó definitivamente de unas cadenas demasiado pesadas. Prejuicios que durante años habían limitado su vida, cercenado su libertad hasta lo inimaginable, incluso en la práctica de la medicina; cayeron como el muro de Berlín mezclados con las lágrimas que derramó y con ellos una buena parte de su personalidad.

Es difícil reconstruirse, reprogramarse a si mismo después de una debacle mental de tales dimensiones.

A. V. de B.


viernes, octubre 12, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 68


¿Educación para la Ciudadanía? (3)

Quizá habría que recordar que la Iglesia Católica no es un ente democrático, es más bien un grupo teocrático cuya jerarquía reside en un estado independiente del que emana la doctrina que gobierna las mentes de millones de adeptos en todo el mundo. El problema es que, en contra de lo que fue (el mundo…): estados con gobiernos dictatoriales (la mayoría muy católicos); hoy la mayoría son repúblicas democráticas o monarquías parlamentarias, en las que la religión está (al menos sobre el papel…) separada de los poderes públicos (ejecutivo, legislativo y judicial).

Todavía quedan algunas repúblicas bananeras, otras siguen naciendo, pero ahora tienden al socialismo. Por ello, ni unas ni otras son del gusto de los líderes de la secta católica, aunque lo cierto es que en ellas viven la inmensa mayoría de sus adeptos y a sus muy imperfectas y terrenales leyes han de someterse. A las religiones los estados democráticos no les vienen bien, ¿demasiada libertad? No, no, tampoco vamos a engañarnos ahora con semejante teoría. No es cierto que en las democracias formales haya tanta libertad real. Ciertamente existen derechos que parecen figurar en las constituciones con el único fin de romper las cadenas con las que las religiones atan (corto, muy corto) a sus adeptos.

Y a lo mejor es cierto y están para eso, porque lo contrario: permitir que las iglesias formen parte del estado, que no exista la debida (y sana) separación; sería como consentir una insurgencia constante, poderosa y beligerante, además de una injerencia del Estado Vaticano. Impresentable. La Iglesia Católica, en particular, tiene enormes problemas con cualquier libertad que no sea la suya, para opinar sobre todo, para ofenderse cuando y por lo que les apetezca, para ofender cuando les da la gana o para hacer previsiones apocalípticas (sobre todo en lo relacionado con el sexo y la familia, dos asuntos que la directiva se niega a si misma) que, para descrédito de sus augures o agoreros, nunca se cumplen (aquí habría que parafrasearles escribiendo: gracias a Dios).

Otras iglesias cristianas para evitar que sus hijos se salgan del redil, impiden que éstos accedan a las universidades. Práctica esta muy legal, puesto que la universidad queda fuera de la enseñanza obligatoria pero… de una ética, cuando menos, dudosa y con unos efectos muy claros: jóvenes y adultos perfectamente adoctrinados, fanáticos y capaces de enfrentarse (no siempre desde la pasividad) al estado. Y no, no sólo ocurre en USA, nación de todos los males; en España los denominados Testigos de Jehová (y otras sectas cristianas, evangélicas y milenaristas) practican este tipo de castración cultural y educativa, mientras el estado se ocupa en los puntos del carné y de cobrar las multas por la vía de apremio, que es lo importante.

¿Dónde queda el derecho de los hijos a recibir una educación de calidad? ¿No debería el estado garantizar (y financiar…) esa educación hasta el final? La mayoría de los padres quieren que sus hijos sean como la imagen que de ellos se han fabricado algún día en alguna parte de sus mentes pero, se supone que los hijos deben de ser personas libres, libres también de elegir como quieren ser. Quizá esto último resulte demasiado existencialista para mentes abducidas.

A. V. de B.


martes, octubre 09, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 67


¿Educación para la Ciudadanía? (2)

Así que… imagino que un poco de todo lo leído, más un mucho de todo lo experimentado se debe de traslucir en mi ascético modo de vida (incluso aquí dentro). Si a ello sumamos que mi celda carece de símbolos religiosos, que no asisto a misa los domingos, que no estoy cumpliendo con el Ramadán y que nunca se me ve ni lamentándome ni dejando papelillos en las rendijas del muro; la deducción es sencilla a la vez que superficial: este tipo es ateo. Supongo que lo poco que haya podido leer (o lo que le hayan contado) de lo mucho que escribo, tampoco le sugeriría otra cosa.

A un buen observador no se le escaparía que, precisamente eso, la sencillez extrema y el casi nada más allá de una docena de libros, es en si mismo un signo religioso (aunque también es cierto que para distinguirlo quizá sea imprescindible haber vivido en un monasterio). Las celdas no están construidas precisamente por maestros canteros. Nada de gótico queda en ellas salvo la ilusión de la soledad y la certeza del frío. El frío aquí no tiene nada de virtual; tampoco en la relación entre presos y funcionarios. Cualquier otra cosa sigue siendo mal vista por la jerarquía de ellos y los prejuicios de todos.

Y de eso se trata, de prejuicios. La Iglesia Católica, mejor dicho, una parte de ella, la jerarquía, la mano que mece la cuna, se siente atacada por esta nueva asignatura obligatoria a la que, por cierto, podrían haber llamado de otra forma menos políticamente correcta y más clara, como: Ética Básica, Moral Democrática o simplemente Derechos Humanos (porque de eso se trata ¿no?). Ellos… que llevan siglos influyendo en las mentes de los hijos de otros, ven peligrar su hegemonía, muestran su verdadero rostro y objetan en conciencia (parece ser que tienen conciencia. Yo no lo hubiese jurado…).

Los próximos meses pueden ser muy animados. Me muero de ganas de ver como piensan argumentar su oposición a una asignatura que promueve el respeto por los otros (el prójimo dicen ellos), la tolerancia (¿misericordia?), los derechos humanos (¿…?), la igualdad ante la Ley, el estado de derecho y otros valores democráticos. De momento ya se les ha visto el plumero; dicen los integrantes de las asociaciones (católicas) de padres de alumnos que no van a permitir que se les enseñe a sus hijos otros valores morales que no coincidan con lo suyos; que esta asignatura irrumpe en el terreno educativo de la familia.

Dejan claro que hay cosas que deben enseñarse en el seno de la familia. En un tiempo yo tuve la impresión de que habían dimitido de ese deber en beneficio de los maestros, siempre que su ideario fuese católico, de uniforme católico y prejuicios católicos. Dicen que es su derecho inculcar a sus hijos los valores éticos y morales que quieran y que el estado no debe inmiscuirse enseñando conceptos contrarios. Pero… ¿existe ese derecho?, ¿se pueden educar clones con valores antidemocráticos que sitúan a un ente divino y sus tablas de la ley por encima de las del estado? De ser así habría que admitir que los hijos son propiedad de los padres, de hecho así lo cree la mayoría. El problema es que ni el sentido común ni las leyes dicen semejante cosa.

A. V. de B.


sábado, octubre 06, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 66


¿Educación para la Ciudadanía? (1)

Hace unos días un funcionario me dijo “tu eres ateo” ¿¡¡!!? ¡¡Dioses!! ¿Ateo yo? Que barbaridad. No es ateo quien cree en la existencia de algún ente divino y yo creo en unos cuantos. Otra cosa es que ya no sea católico; ni evangélico; ni seguidor de ninguna doctrina monoteísta ya sea cristiana, islámica o judía. Pero ateo no, ¡¡por Afrodita!! eso nunca. Sería un desperdicio que con tantos dioses y sobre todo diosas como la historia, los mitos y las leyendas cuentan que alguna vez influyeron en las cosas de este mundo, anduviese yo, un mortal del que nada quedará salvo quizá el alma, desarraigado de todos ellos.

Creyendo que no somos sino un amasijo de células promoviendo unas, perpetrando otras, reacciones químicas que nos llevan del la risa al llanto (con las mismas lágrimas), de la vida a la muerte sin solución de continuidad. Así, sin más. Sin otro propósito que hacer feliz a Charles Robert Darwin (Odín le tenga a buen recaudo…), continuando su teoría de la evolución por los siglos de los siglos, sujetos por la fuerza de la gravedad a un planeta en el que según Albert Einstein todo es relativo, en un universo que a los ojos de Estephen William Hawking nació en un ciclo casual y morirá de la misma casualidad o, tragado por uno de sus agujeros negros.

No. No soy ateo. Es cierto, sin embargo, que después de leer a los anteriormente mentados y a otros que tampoco fueron ni son teólogos, mis creencias han dado un giro de 270 grados. ¿Qué otra cosa puede uno ser después de leer a Platón y entender que lo suyo, además de ser en cierta forma, la semilla del existencialismo, lo es también del gnosticismo? Escribió Kierkegaard (danés como Jostein Gaarder y su Mundo de Sofía): “tengo que encontrar una verdad que sea verdadera para mí, por la que valga la pena vivir o morir”. En el mismo sentido pero matando a dios y atentando contra el racionalismo, se expresó Friedrich Nietzsche, que además dijo que, “la visión del universo como un ente ordenado era una entelequia, algo que resulta tan cómodo como ilusorio”. Jean-Paul Sastre y Martin Heidegger no me aclararon mucho más y finalmente me dejé mecer por las, mucho más emocionantes obras de Fiódor Dostoievski, Franz Kafka y Arthur Miller (¡¡por Isis!! Este además, estuvo casado con Marilyn Monroe)

Si a esto sumamos el medio siglo que me aparta del cómodo útero materno y algunas experiencias (no todas desastrosas pero casi…) con el hecho religioso o, quizá tendría que decir: con la forma en que las jerarquías religiosas de la mayoría de las religiones han influido en el devenir de la especie humana (algunas, afortunadamente, sólo en grado de tentativa); al giro, habría que añadir un vuelco de 180 grados en el eje. Es decir, estoy casi en el mismo punto en el que empecé, cuando decidí pensar seriamente en este asunto, pero cabeza abajo y con el conocimiento suficiente como para decir que no estoy seguro de casi nada pero que, a estas alturas, sigue siendo emocionante meditar acerca de quienes somos, de donde venimos y hacia donde coño vamos.

A. V. de B.

viernes, octubre 05, 2007

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 65


¿Educación para la Ciudadanía? (0)

Hoy han vuelto a reemitir las imágenes de aquel ser humano que se prendió fuego y al que grabaron (tan profesionalmente) de principio a fin mientras se quemaba vivo. No es que en las televisiones necesiten excusas para emitir una y otra vez secuencias morbosas, lo hacen en cualquier telediario y a cualquier hora (sobre todo en los telediarios); las asociaciones de bienpensantes y demás guardianes de la moralidad pública, los que protestan por la violencia en las películas que es, evidentemente, ficticia; siguen sin decir nada si la violencia es real.

Una buena amiga mía suele decir: ¿a que es alucinante? Pues sí, si que lo es pero más alucinante aún es que ese tipo de contenidos que recorren toda la gama del amarillo hasta terminar, las más de las veces, en el rojo vergüenza (ajena claro…), se programen más en temporada que en verano para llenar las horas de programación. Y así esta semana ha sido efectivamente, alucinante. Aparte del aborigen rumano ardiendo ante la pasividad general (aquí toca preguntarse si esa pasividad hubiese sido tal de haberse tratado de un nativo de Castellón…), ha habido mucho más morbo.

Y no crean vuestras eminencias que me refiero a los reality shows que han comenzado a emitirse (un año más); ni a los programas del tipo ese que cubre (con mucho menos rigor y mucho más sensacionalismo) el hueco dejado por Jiménez del Oso; o a los de cotilleo rosa, aunque en honor a la verdad, de algunos habría que decir: de despelleje con sangre. No, no. Al menos en los mentados la mayoría sabe perfectamente a que atenerse. Hablo más bien de esos otros que nos llegan disfrazados de serios, como ese que lleva por título “360 grados”, que tratándose de un programa de debate viene a sugerir que se le dará la vuelta completa al asunto del que se trate.

Nada más lejos de la realidad, claro. Ésta es que, efectivamente giran alrededor del asunto pero sin penetrar en él en ningún momento ni por casualidad. Para lograr esta difícil pirueta utilizan varias técnicas del “antiperiodismo”. Principios como: “no dejes que la realidad te estropee una buena noticia”, se convierten aquí en “no permitas que un invitado de altura se siente en el plató, aburrirá al televidente. Deja que opine Ramoncín o cualquier otro estúpido de la misma calaña, sintonizarán con los prejuicios de la mayoría y no te comprometerán”.

La noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro”; pero si esto no ocurre en la realidad, propícialo, invéntatelo. ¿Para que coño vas a hacer un debate sobre la realidad?; eso no trae más que problemas con los jefes, con los accionistas, con los propietarios, con los políticos, con el Gobierno. Mejor, crea una realidad virtual y debate sobre ella. No importa si las cifras no son exactas ¿a quien le importan?, manipúlalas y sobre todo, ¡no moderes el debate!, deja que todos hablen a la vez y que gane el que más grite. ¡Ah!, muy importante: que la cosa sea interactiva; deja que el público opine a través de SMS. Ganarás una pasta con las llamadas y podrás filtrar los resultados según convenga a la causa.

La causa siempre es la misma: entretener a la ciudadanía para que no vea la realidad. Es imprescindible conseguir que no sean conscientes de que Matrix existe…



A.V de B