jueves, noviembre 30, 2006

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 3º

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 3º

Resucitando a Victoria

La siguiente “revolución” en la Institución Penitenciaria española llegó de la mano de otra mujer, en un tiempo en el que las mujeres no tenían derecho a voto. Su labor no fue tan acrítica como la de Concepción Arenal ni tuvo nada que ver con la beneficencia o la caridad.

Se llamaba Victoria Kent y fue Directora General de Prisiones hace setenta años. Victoria entró en la institución como un huracán con faldas en un mundo donde sobraban pantalones y armas y… faltaban camas, mantas, comida, enfermerías; un mundo en el que de la humanidad sólo quedaba un fuerte olor. Lo puso todo patas arriba luchando contra el sistema desde dentro del propio sistema. Denunció la corrupción “generalizada” del cuerpo de funcionarios y ahí acabó su trabajo. Fue traicionada por su partido y destituida por el mismo presidente de gobierno que la había nombrado. Se exilió y hasta bien entrados los años 80 no dejó de escribir.

Visitó todas las prisiones de España (ningún otro político volvió a hacerlo…). La censura de la dictadura borró su nombre hasta de la letra de una famosa zarzuela donde, por cierto, no ha sido repuesto. Hoy, cuando tanto se presume de democracia y libertad de expresión, mientras se retiran de las calles las estatuas ecuestres del dictador; hoy, cuando las cárceles españolas almacenan casi el doble de almas que las “europeas”. Allí si aplicaron los métodos de Victoria.

En este reino la labor de aquella mujer sólo es continuada por los propios presos y sus familias. Pero está siendo una guerra larga y desigual que se ha cobrado no pocas vidas a lo largo de muchas batallas. Motines salvajemente aplastados, huelgas de hambre silenciadas, auto-mutilaciones y desde 1978, miles de recursos y quejas a unos jueces de vigilancia penitenciaria que tardaron veinte años en entender que su trabajo también consiste en proteger a los presos de los “olvidos” y abusos de la institución Penitenciaria y no tanto en “juzgar de nuevo” a los ya condenados. Abrahán Lincoln escribió: “Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo. Estamos en ello presidente.

Es posible que algún día ya no necesitemos a Victoria, pero mientras ese día llega dedicaremos los que quedan a resucitar a una mujer que creía en los Derechos Humanos y los aplicaba cuando aun no eran ni derechos, ni humanos. Esos derechos de los que tanto se habla, me parece a mí que, con el fin de desgastarlos hasta que nos parezcan tan triviales y ajenos como esos muertos africanos, palestinos, judíos o iraquíes que acaparan los telediarios desde hace más de tres décadas.

A. V. de B.

miércoles, noviembre 29, 2006

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 2º

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 2º

Santa Concha

¿Como hemos llegado a esto? No lo se. Aquí todo se vive con intensidad. El estrés es tanto que los que dirigen esto deberían plantearse usar toda esta energía para producir calefacción. Las emociones están a flor de piel, a veces en carne viva. En esta olla estamos todos y cuando la temperatura aumenta, cuando las válvulas no dan salida al vapor y la presión es insoportable, los efectos de la explosión también alcanzan a todos y la onda expansiva escapa fuera de los muros.

En un devenir diario tan rígido en los horarios; en el silencio; en la luz casi omnipresente y en los sonidos; todos luchan, a veces de forma inconsciente por huir de tanta monotonía, de las preguntas repetida, de las respuestas intuidas. Aquí los momentos diferentes son una mercancía cara, por escasa, sin embargo la maquinaria del “sistema” no prevé suficientes momentos no previsibles.

Por eso, desde mi estricto gnosticismo tengo que recordar hoy la labor de la Pastoral Penitenciaria, una de las muchas mutaciones benévolas de la, cada día más denostada, Iglesia Católica. No deja de ser doblemente paradójico que aquellos que creen que Jesucristo es una versión light de Mohamed, un sucedáneo para infieles; soliciten y obtengan el auxilio de estos cristianos. Por aquí la frase: “ir a casa del cura” tiene más que ver con la libertad que con la religión. Ya sea en la casa del cura o en el “Sociocultural”, curas o voluntarios, con misa o sin ella, la gente de la Pastoral Penitenciaria no hace proselitismo, no discrimina y ofrece “lo que tiene” o lo que les dejan, a todos, ya sean huérfanos de familia, de país, de religión y por supuesto de libertad. Gracias… a todos ellos, en nombre de todos nosotros.

Johann W. Goethe escribió: “Trata a un hombre como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como lo que puede llegar a ser y será lo que puede llegar a ser”.

En mi opinión, esta ONG es la única heredera de de Concepción Arenal, de su labor y de su pensamiento. Los responsables de la Institución Penitenciaria (todos…), harían bien la obra de la primera “Visitadora de Prisiones” y, aplicarla como se hace en “Europa” desde hace años. Allí sus trabajos siempre fueron más valorados que aquí, donde la mayoría cree que Concepción Arenal es sólo el nombre de una calle a la que, por cierto, en una ciudad cercana, con una vergonzosa falta de respeto y de memoria van dejando huérfana de nombre (a la calle).

He oído a muchos decir que un trabajo como el suyo no tiene sentido en un estado democrático. Los que vivimos en una prisión sabemos que no tienen razón y yo lo que si tengo claro es que, si de verdad viviésemos en un estado democrático, si la justicia funcionase, lo que en verdad no tendría sentido, sería la caridad.

A. V. de B.

martes, noviembre 28, 2006

DIARIO INTIMO DE UN CONDENADO

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 1º

Esperanza y Confianza

Los que dicen que algo es imposible, harían bien en no molestar a los que trabajan para hacer posible ese algo.

La Esperanza es como el musgo, renace verde y frágil para vivir del agua y del aire y, a pesar de ellos. Los utiliza para reproducirse y su constancia logra erosionar y hasta cambiar la estructura y la apariencia de la piedra. Pero sobre todo oculta su duraza bajo un manto mullido que permite acariciarla sin herir la piel.

La esperanza nace en el corazón de los hombres y progresa en el alma de aquellos que saben convencer al miedo y ponerlo de su parte como un aliado poderoso, de los que no se rinden jamás. Hombres y mujeres con coraje, capaces de luchar por “algo” aun sabiendo de antemano que tienen todas las de perder y que… hay victorias menos dignas que una derrota. Incluso aquí dentro hay personas que saben que la libertad es una idea y que las ideas no pueden encerrarse.

La esperanza y el deseo de alimentarla nacen, unas veces porque se ha tocado fondo y otras porque se pone empeño en engendrarla. En el M-6 nos ha nacido un algo, una esperanza. Aun es un bebé, frágil y con un futuro incierto; es muy posible que no supere la infancia pero, un grupo de humanos estamos realmente empeñados en que la criatura crezca sana, para que viéndola otros se contagien de la ilusión y las ganas de trabajar por un futuro mejor que nuestro presente.

Cada día somos más, a un lado y al otro de la libertad y, es bueno que se sepa de los desvelos, logros y fracasos de este grupo, curioso por heterogéneo, en el que hay presos, funcionarios, educadores, psicólogas, trabajadoras sociales, jefes de servicios trabajando a pié de obra y unidos por una delicada confianza. Cierto que en cada acto de confianza nos arriesgamos a no ser correspondidos o incluso a sentirnos traicionados. Pero hay algo aun peor a no ver correspondida nuestra confianza, no arriesgarse a conseguir algo diferente. Y por aquí nos encanta el riesgo.

Yo contaré como va el bebé y si algunas veces escribo duro será porque esto no es una guardería. Si mi pluma parece un cincel será porque aquí reina el hormigón, como en el corazón de la sociedad. Algunos días este universo es como el corazón de las tinieblas pero yo no soy Joseph Conrad, ya me gustaría escribir como él. Contaré el viaje procurando no ofender la sensibilidad lo la audiencia porque, no es esa la intención.

Doy por hecho que los que esto leáis ya sabéis que, la imparcialidad es una utopía, que esto es mi diario, que en él vuelco mis experiencias, mis opiniones y las de otros y que, sólo me guía la esperanza. Abrahán Lincoln dejó dicho: Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión, sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas”.

A. V. de B.

domingo, noviembre 26, 2006

A MI ESPOSA

A mi Esposa

En tus ojos, la Eternidad

En tus labios, la libertad.

Te amo y me basta la ilusión

De qué el tiempo me de al fin

Vida mía, una oportunidad

Tu amor es mi salvación

Tus besos son mi felicidad

En mi corazón, el calor

Que conserva para ti

Todo este gran amor.

Volaremos hasta algún lugar

Hacia ese instante de eternidad

Donde nos podamos amar,

Beber cada momento de pasión

Y escuchar cada latido del corazón

Sueño con noches junto a ti

Sueño que te hago feliz

En lo que de verdad eres para mí

Es tu pecho junto al mío

La razón de mi delirio.

Tu amor será la luz en mi camino

Tu amor, tu dulce amor

Será calor cuando haga frío

Juntos bajaremos las estrellas

Y nuestra historia no tendrá fin.

Tu amor, sólo tu amor

Es la paz en mis tormentas

Tu amor, sólo tu amor

Será la calma en mi silencio

Tu amor, sólo tu amor

Detendrá el tiempo y la distancia.

Seremos para siempre

Sólo amor, un gran amor.

TOLE, M-6

sábado, noviembre 25, 2006

MELIAN

Melian

Por fin te encuentro princesa

ven, acércate, siéntate sobre las olas

y acoge mi alma perdida

por mis anhelos sobre tu regazo

Déjame sentir de cerca, en tu piel

la calidez de Aman la bienaventurada

porque temo no llegar a ver su luz

ahora que todo se ha hundido

Mírame adorable ninfa porque,

si logro ver las estrellas en tus ojos

aunque sólo sea un instante

todo habrá valido la pena.


Ya no importará nada el tiempo

se borrarán las traiciones, las heridas

cicatrizarán, habrá perdón y lágrimas

y el viaje llegará a su fin, sin redención

Acaricia mi pelo, cierra mis ojos

y déjame escuchar la furia del mar

lejos, al oeste, donde termina el día

más allá del frío; de tu corazón.

Bésame diosa, abrázame ahora

vacía mis venas, quítame la vida

quédate con mis sueños y, arrebata

mi alma hacia la eternidad.

Esta canción la escribí pensando en ti diosecita. Te quiero Mucho

KOKE




viernes, noviembre 17, 2006

MODULO 6

Cuando, en el mes de junio, junto a un grupo de compañeros, me ofrecieron la posibilidad de participar en un programa que se iba a llevar a cabo en el módulo 6, mi reacción primera fue de esperanza ilusionada bordada de escepticismo.

Eran por entonces más de tres años y medio en prisión y oír hablar de un módulo de “convivencia” sonaba bien pero, a la vez, resultaba insólito.

Uno se va endureciendo y aclimatando hasta que se arraigan ciertas rutinas sin que se tome plena conciencia de ello. Te amoldas a la celda, a un mismo y rutinario horario, a unas actividades que son siempre las mismas, a los ruidos y al entorno “enfangado”, a las más o menos mismas caras que llevas años mirando...

Los primeros días en el “nuevo” módulo son decepcionantes. He perdido intimidad y espacio al tener que compartir celda. Algunas de las cosas que tenía, aunque no fueran más que trastos o ropa y calzado que apenas utilizo, debo enviarlas fuera o depositarlas en un almacén habilitado al uso. Hay que aligerar equipaje y, aunque no es de gran valor, ¡cuesta! Debo colaborar en las tareas de limpieza y en aquellas actividades compatibles con mi destino extramodular. Todo está muy desvencijado en relación al módulo del que procedo. El escepticismo ha dejado paso al pesimismo que ahoga ya aquella primera esperanza. ¿Qué hago yo aquí?

Me veo lamentándome como el pueblo de Israel en el desierto camino de la Tierra Prometida y añorando los ajos y cebollas que lo alimentaban cuando era esclavo.

El tiempo ha ido pasando. De hecho no sin razón hay quienes dicen que “el reloj es el verdadero amigo del preso”.

La transformación del módulo ha sido impresionante. Externamente da gusto: mano de pintura, alicatado, eliminación de barrotes inútiles, decoración con plantas y cuadros, limpieza y orden.

Pero no sólo se ha producido cambio en el edificio. El ambiente que se respira, cada vez más, es de cordialidad, de respeto, de convivencia. Todo el mundo está ocupado en actividades, se habla sin necesidad de recurrir a los gritos, se ven más sonrisas que caras largas y se percibe mayor preocupación por los problemas de los demás y menos críticas y envidia.

La convivencia es posible como fuente de enriquecimiento. La capacidad de cambio y de transformación de la realidad, también de la realidad carcelaria, es un hecho y aquí estamos teniendo una prueba irrefutable. ¿En qué se parece este módulo a esas cárceles de la literatura, el cine o la televisión?

El capítulo VI del Título II del Reglamento Penitenciario habla de la participación de los internos en las actividades de los Establecimientos (arts. 55-61). Gracias y mi felicitación sincera a quienes han creído y hecho posible desde la Institución esta realidad y, por supuesto, a los compañeros que día a día arriman el hombro para que sea real la existencia de módulo tan singular en prisión.

E.R.

jueves, noviembre 16, 2006

AINI

AINI

La Aini bajó por entre las hojas de Lorien

Batió sus alas suavemente delante de mí

Mientras la luz coloreaba la roca

Bebió mis lágrimas como un colibrí,

su sal regresó dulce a mi boca

y su presencia perfumó de azahar el Beleriand.

Y así, suspendido el tiempo y la memoria

Posó sus pies sobre la hierba verde y habló

Sus palabras, viejas como las columnas de Doriath

Llegaban muy adentro, eran verdad y dolió,

Ya estaban allí antes, eran la historia;

La maldición de los hermanos, me contó.

Los que no despertaron ni nacieron del amor

Los muertos vivientes, los idos, los aborrecidos

Los que no deben figurar, los traicionados

Los que la leyenda no nombra, los abandonados

Los aniquilados, los que no existen, los olvidados

Los que nunca vieron los árboles de Valinor

Aini vino a contarme las cosas de los míos

A despertar una parte de mi mente dormida

A decirme dulcemente: “no fue vuestra la decisión”

Fuisteis hechos así y, arrojados a la vida

Nosotros lo oímos en la primera canción

Cuando los Eldar estaban aún dormidos.

Ella me abrazó en su regazo y vi la luz

Dejó que mirara en sus ojos la llama eterna

Y dijo: “nos quedamos entre vosotros por amor”.

El calor de su alma curó la mía, enferma

Y recibí apoyado en su seno, sin temor

Su amor, sobre mí, cayendo como un alud.

Aini susurró en mi oído: “tenéis derecho”.

Sólo debéis aprender a usar el alma

Toda la fuerza está en vosotros mismos

En vuestro corazón buscad el coraje y la calma

En vuestra mente sortead los abismos

Todo está ahí, desde siempre. Todo ha sido hecho.

Nadie sabe lo que él preparó para vosotros

Pero os llamó “mis hijos” y os dio valor

Las estrellas más brillantes duran menos, es verdad

En la primera música vimos vuestro honor,

El ansia de independencia y de libertad

Cosas muy valiosas que Eru no dio a otros.

Usadlos, vivid sin temor,

Luchad con ardor,

Morid con honor

Y seguro que volveremos a encontrarnos.

Despertaremos de nuevo

Como en Cuivienen pero, todos juntos en la eternidad.

En memoria de J. R. R. Tolkien que iluminó nuestra adolescencia y tierna juventud con un universo nuevo, otra religión y la ilusión de la inmortalidad. Namärie meldo ilfirin…

Thingol M-6

miércoles, noviembre 15, 2006

Mini-Marta


Era tan pequeña y flaca

Que apenas tenía sombra.

Ocupaba tan poco espacio,

Como la luz en la penumbra.

Era un átomo de amor enriquecido

Pequeñito, plegado sobre si mismo,

Alma y corazón comprimido

Sin lugar para el egoísmo.

El sol no la quemaba,

La lluvia no la mojaba,

El rayo no la encontraba,

Y el viento la acariciaba.

Era un torrente de ternura que lloró

Era, dinamita pura y estalló

Era un corazón abierto que gritó

Era, un alma dormida y despertó.

La niebla no la ocultaba,

Ni la desorientaba,

Sabía lo que buscaba

Y nunca desesperaba.

Fue un día de otoño atormentado

Mini Marta explotó y pude sentirla

Bajo un cielo sin sol, apagado,

Y que puedo hacer yo, sino amarla.

La luz de su explosión me inundó

Y supe que hacer con tanto amor

El miedo a romperla se esfumó

Y pude abrazarla sin temor.

Para Marta, que tardó dos años en decirme que me quería, pero… me lo dijo

KOKE

martes, noviembre 14, 2006

Personalmente pienso que el ser humano podría de fin ir se como un a re unión de informaciones por lo cual todo y todos somos uno mismo. He observado que a la vez que la gente reniega de Dios o no lo acepta como dogma de fe también se aleja de lo que podíamos llamar "ser humano". El por qué no me toca a mí analizarlo. En mi muestreo personal se detecta que este tipo de personas sólo creen en la medicina "sintética", es decir, las pastillas lo curan todo y lo que una pastilla no cura lo cura una buena operación. De ahí el que la mayoría de la gente no se interese por el tema celular madre. La alineación en la que el ser humano se va sumergiendo es tal que, miles de muertos en un Tsunami, termina siendo eso, miles de muertos.

Ya hace muchos años los indígenas consiguieron utilizar la corteza del sauce para fabricar aspirinas. Posteriormente hemos conseguido sintetizar estas sustancias de forma que producimos millones de aspirinas.

Creemos que los chamanes son unos brujos estúpidos sólo propios de tribus perdidas. Pero lo cierto es que son los dueños de la farmacopea vegetal, la olvidada. Pero ellos también creían y creen que hay un Dios, compuesto de muchos dioses o reuniones de información. Por otra parte los efectos secundarios de sus compuestos son infinitamente inferiores a los de nuestra medicina.

1ª Reflexión

Si todos aprendemos por ensayo y error, ¿cuántos fetos necesitaremos? Tantos como errores y aciertos. ¿Cuántos ensayos vamos a necesitar?

2ª Reflexión

¿Se le ha ocurrido a alguien preguntar a los diferentes grupos de chamanes si conocen alguna solución? Ellos ya llevan años de errores de aciertos de ensayos.

Debemos recordar que hablando de lo que hay en el mundo sólo en el Amazonas hay 80.000 plantas y únicamente el 5% se han estudiado en laboratorio. Así descubrieron por ejemplo el taxón, que trabaja contra el cáncer de ovarios.

Los chamanes abren una ventana al misticismo ya que recurren a plantas para curarnos. Nosotros nos comemos las plantas y hablamos con Dios. El chamán hace lo mismo que un médico... y algo más ¿?. En las culturas precolombinas había creada una sustancia igual a la serotonina. Por ejemplo la ayahuasca une los dos hemisferios cerebrales produciendo serotonina, además de controlar las dolencias físicas y limpiar el organismo. Todos estos pueblos que creen en los chamanes utilizan la ayahuasca y otros para encontrarse a sí mismos. No se conoce ningun fallecimiento.

3ª Reflexión

Todos buscan estar en contacto con Dios, su Dios. Encontrarse con Dios para estos pueblos es encontrarse a sí mismos.

Esto nos lleva a que no existen drogas buenas o malas sino los usos, los malísimos usos y las formas. Un ejemplo: la gente que realiza derivados con la cocaína ya extraída y sintetizada de la planta de coca logra una sustancia llamada crack. Eso es un ejemplo de malísimo uso.

4ª Reflexión

Pienso que deberíamos ser más testigos que no querer cambiar el mundo. Recordemos que a lo largo de la historia han luchado el bien y el mal. ¿De qué parte estamos actualmente?

5ª Reflexión

¿No deberíamos tener una visión poli cromática de la diversidad? Eso es lo que propugnan los chamanes curando pero es que la Biblia obliga a lo mismo.

Por la técnica de error-acierto vamos encontrando soluciones. Puede que el ser humano occidental esté cometiendo sus últimos errores. La penicilina se descubrió antes de la Segunda Guerra Mundial pero se aplicó después. Así podríamos decir que ganó el mal en un principio.

6ª Reflexión

¿Por qué tantas personas van a despedirse del Papa Juan Pablo II? ¿Podríamos definir a Juan Pablo II como a un chamán del bien? ¿Estaba Juan Pablo II en un enorme error al no admitir el uso del preservativo en zonas tan diezmadas por el SIDA como los países africanos? ¿Si el sistema occidental que se quiso en África no funcionó funcionará ahora implantar los preservativos?

J. M. R., M-1

lunes, noviembre 13, 2006

SOBRE JUSTICIA

No hay justicia", "esto no es justo", "menuda injusticia",... son expresiones que podemos oír comúnmente a las personas de a pie o leer en algún artículo de opinión con usual frecuencia referidas a situaciones concretas de personas o grupos, a decisiones políticas, a realidades sociales o económicas, a resoluciones judiciales...

Hay ocasiones en las que lo que para algunos es justo puede ser considerado para otros como una tremenda injusticia.

Vivimos en un "Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político". Esta es la afirmación solemne de nuestra Constitución de 1978 en su Título preliminar, Art.1.1.

Pero ¿qué entienden los padres de la Constitución por "justicia"?, ¿qué entienden quienes deben promoverla o aplicarla?, ¿qué entendemos cada uno de nosotros?

El tema no es nuevo y ha suscitado numerosas discusiones y abundantes estudios a lo largo de la historia. No es una cuestión que pueda abordarse con exhaustividad en unas líneas ni a la que yo, lego en la materia, pretenda dar una respuesta concluyente. Sin embargo no puedo permanecer ajeno a la cuestión y me atrevo a consignar unas observaciones al respecto que pueden servirnos de indicador en nuestras reflexiones.

Fue ya aquel insigne filósofo griego, Platón, quien recogió en su libro, "La República", las grandes concepciones de justicia que se darán en la historia: la positivista, que entiende la justicia como la voluntad del más fuerte, expresada en las leyes; la formal, en la que la justicia se corresponde con la actitud de dar a cada uno lo que le corresponde, y la material, en la que la justicia se concibe como la plenitud y armonía de las virtudes en los individuos y en la sociedad.

Esta clásica distinción puede arrojar por sí sola alguna luz que nos ayude a comprender el por qué de tanto disentir. Efectivamente nuestro modo de comprender la justicia va a ser muy dispar según nos inclinemos por una concepción positivista, formal o material.

Si uno concibe que su comportamiento es justo cuando actúa conforme a la legalidad vigente no tendrá que detenerse a considerar si las leyes son o no auténtica expresión del ideal de justicia, de la justicia como virtud, porque la justicia está expresada en las normas. Sin embargo, si uno entiende que las leyes deben ser cauce y expresión de un valor superior que las trasciende entenderá que aún siguiendo un comportamiento ajustado a la norma puede no ser justo. Es más, incluso se llegará a plantear si una ley, por el mero hecho de ser ley, es justa. Estaríamos ante la distinción que puso de manifiesto el también filósofo griego Aristóteles, lo justo legal y lo justo natural.

No se trata de puras cuestiones teóricas. Encontramos en nuestra sociedad una constante beligerancia a la hora de hablar de temas como el aborto, la eutanasia, la pena de muerte, el matrimonio homosexual,... Son realidades en las que se nos plantea el puro positivismo jurídico frente a un concepto material de justicia. Aunque se reconoce la justicia como un valor superior no es fácil que prospere un recurso sustentado en que una determinada ley, o un precepto de la misma, es injusta. El legislador tiene un ancho margen de interpretación de cómo ha de traducir el valor justicia a una ley.

Pero si la cuestión se vuelve polémica al tratar de leyes generales mucho más peliaguda se convierte cuando de lo que se trata es de juzgar a una persona concreta por determinada acción u omisión. "Aplicar la ley" en muchos casos específicos se convierte en algo que poco tiene que ver con lo que se puede entender como virtud o concepto ético de la justicia.

El problema entonces es que la injusticia hace que se pierda muchas veces el sentido de la justicia. Montaigne decía que "un error judicial es una condena más criminal que el crimen mismo". Si, como afirmaba Gabriel García Márquez, "la ética debe acompañar al periodista como el zumbido al moscardón", qué decir respecto de su relación con las leyes, el Derecho, la Justicia. Es triste que pueda llegarse a afirmar aquello de que "la ley es una tela de araña que suele atrapar a los débiles y deja pasar a los fuertes".

Que la justicia sea un valor superior no puede negarse pero ¿está tan elevado que resulta prácticamente inalcanzable? ¿Pertenece a aquel utópico "mundo de las ideas" del que hablaba Platón?

Si pedir justicia en un tribunal es como perseguir al viento en el océano, si los tribunales no pueden reconocer que se equivocan y cualquier intento de revisión lo frustran por entender que el admitir que se ha condenado a un inocente menoscaba la autoridad moral del Estado, quizás nos quede únicamente poner nuestra confianza en Isaías, el profeta, que expresaba así su anhelo de justicia, identificándola con la acción del Mesías esperado:

"No juzgará por apariencias,

ni sentenciará de oídas;

defenderá con justicia al desamparado,

con equidad dará sentencia al pobre"

E. R. F., M - 6

sábado, noviembre 11, 2006

CARTA A MI MADRE

Desde la cárcel te escribo,

querida madre del alma,

sin ti, ya no tengo calma,

en esta sombra en que vivo,

las penas las sobrevivo.

Por esa fuerza que muevo

es la oración que hoy elevo

al supremo redentor, para que entienda el error

de la condena que llevo.

La libertad es lo primero

que tiene un hombre en la vida,

es una luz encendida que brilla en cada lucero,

es la grandeza del cielo y lo infinito del mar.

Es no tener que ocultar la cara tras nuestras manos,

es lo más bello y humano

que podemos conservar.

Sólo mi madre comprende las penas que he sufrido,

solitario en el olvido

donde nadie a mí me entiende.

Aquí en la cárcel se aprende lo que es pan,

lo que es abrigo, lo que es tener un amigo

cuando nos falta la suerte,

la cárcel es como la muerte

y por eso no la bendigo.

"Para el que no la ha sufrido

en versos, yo se lo digo"

H. T. M-9

miércoles, noviembre 08, 2006

O TRISTE FINAL

Esta é a triste historia dun rapaz que coñecín, traballador de arreo, tenro de corazón, humilde e con moi mala sorte na vida. Vivía nuhna humilde casa labrega e era orfo de nai.

O protagonista desta historia chámase Manuel pero todos lle chamaban Manoliño, o neto da Carme, quen o criou dende o mesmo día en que morreu a nai. A finada morrera dun inxusto cancro e morreu co seu Manoliño nos brazos, dándolle un bico a sabendas que sería un dos últimos.

Manoliño cando tiña 15 anos finou na escola e comenzou no bacharelato pero o pouco deixouno, él quería traballar, él quería ser un gandeiro como fora o seu avó, un home forte coma un buxo, de bon comer e beber, comía por sete e traballaba por unha ducia, quen sempre miraba polo ben de Manoliño, o seu neto preferido, o da casa, pra quen nunca houbo unha zoupada nen unha mala palabra... todo eran bicos e agarimos.

Manoliño comenzou traballando na construcción, entraba as oito da mañá pero erguíase as cinco, co canto do primeiro galo. Muxía as vacas, dáballe o penso os cabalos, levaba o rebaño o pasto, votáballe millo

as pitas e recollía os ovos no eirado. Logo entraba na cociña cun bo brazado de leña que él mesmo rachaba na véspera e así deixarlle a súa avoa o lume acendido pra que a vella non pasase frío. Ela pasaba a maior parte do día sentada o carón da lareira, padecía frío verán e inverno.

Manoliño antes de saír pro traballo tomaba unha cunca de café quente -o leite era para vender no tambo-, pasaba po-lo cuarto da vella para darlle-le o bico de despedida e saía po-la porta fumando o primeiro pitillo do día, pero sempre ollaba que non lle faltase auga ós cans, dous vellos cans que moitas veces deran a vida por él.

Manoliño presumía de todo-los seus animáis, como bo gandeiro. Contárame unha vez que nunha tarde do mes de Xullo, regando no millo, tivera unha liorta con outro regante po-las augas dunha presa, o cal foi atacado po-lo can cando este levantaba a eixada no aire pra zouparlle a Manoliño.

A piques de cumplir dezanove anos Manoliño decide abandonar a empresa onde era moi querido pra emprender aventura po-la súa conta, xa tiña uns bos cartos aforrados e a súa ilusión era ser un próspero gandeiro.

Era po-lo dezaseis de Agosto, na romería do San Roque, na taberna do torreiro da Igrexa onde se atopou co Xesús, home moi respetado socialmente en toda-la comarca, quen lle acostumaba a mercar algúns cabuxos para dar-lle lo xantar ós convidados nos días de festa.

Xesús era un vello contrabandista que escomenzara nos tempos da posguerra, traendo aceite, sulfato e todo aquelo que lle dese un peso a gañar. Viña po-los montes da fronteira nas noites de choiva e treboada que eran as máis seguras.

Pero agora o que daba cartos era a "fariña". Contáballe a Manoliño que traballando ben uns poucos de anos podíanse encher dous canizos de cartos. Así comenzou Manoliño no negocio da "fariña", onde por varios anos gañou moitos cartos.

Mercaba os mellores cabalos nas feiras, era quen mellor pagaba, acudía todo-los domingos a misa, vivía ben e era envexado po-los veciños. Manoliño era o exemplo a seguir. Nas festas dos pobos lindantes toda-las mozas lle facían as veiras, todas querían o seu amor.

Pero nun mes de Outubro do cal non me decata o ano, todo se voltou nacontra de Manoliño, quedou arruinado, sin que ninguén soubera moi ben por qué, sen "fariña", sen ganado e sen cartos.

Da mesma forma en que o lobo se bota ó gando Manoliño botouse a roubar.

Hoxe contan as malas linguas en conversas po-los camiños que Manoliño está preso nunha cadea da súa querida Galiza natal.

Sen amigos, sen gando, sen cartos... Recollendo colillas do chan.

I. V.

lunes, noviembre 06, 2006

La cárcel desde otra perspectiva

Sin pretensión de idealismo, sin negar para nada la realidad, sin dejar de ser lo que cada uno somos, nuestra vida puede tener un sentido radicalmente distinto según cómo la afrontemos.

Para quienes estamos confinados en prisión suele utilizarse a menudo una expresión que encierra en sí gran significado, se dice que estamos “a la sombra”. No sé exactamente de dónde procede ni tampoco si lo que pretende es darle un sentido último a la vida de quienes sufrimos la privación de libertad. Lo cierto es que sí parece que con ella se desea reflejar una visión negativa, pesimista, de la vida en una cárcel, visión que puede marcarnos en exceso y no ser el eco exacto de lo que en verdad vivimos. Tengo el convencimiento de que también entre estos muros es posible encontrar “el lado soleado de la vida”.

Ciertamente hay circunstancias en las que nos vemos obligados a caminar por la sombra, pero el dolor no debe hacernos olvidar que en ese momento tenemos a algunas o a muchas personas que nos quieren y que, seguramente, en el dolor nos quieren todavía más o, al menos, nos lo demuestran más.

Dante coloca en lo más hondo de su infierno a los que viven voluntariamente tristes. No niego que en una cárcel haya razones objetivas para la tristeza pero ¿no hay ninguna para la alegría? Solemos decirnos unos a otros que “de aquí se sale”, ¿nos lo creemos?

Los salmones nadan en aguas frías y río arriba. ¿No podemos ser nosotros más fuertes y tenaces que un salmón? En algún lugar he leído que “los hombres suelen valer en proporción inversa a las facilidades que han tenido en sus vidas”. Reconociendo que no sean precisamente facilidades las que se nos ofrecen nadie podrá negar que algunos de los impedimentos que muchas veces encontramos son los que nosotros mismos nos creamos. Ante una misma realidad, ante el “mundo” de la cárcel, como ante cualquier otro “mundo”, podemos adoptar distintas posturas:

• Está la de quien lo acepta renunciando a sí mismo y al ideal que poseía, el que se “acomoda” y se resigna a seguir por el carril trazado. Es el que vive sin ningún tipo de ambición y, en todo caso, con la única de salir de aquí, y sin preocuparse de si lo hará como ha entrado o peor.

• Está también el que se “fabrica” un mundo imaginario llegando a autoconvencerse de que es el real, negando el mundo y haciendo como si no existiese. El problema es que suele descubrir de golpe y sopetón hasta qué punto la realidad es devoradora.

• Está el que entra en lucha abierta consigo mismo y con la realidad que le viene impuesta, el que piensa por cuenta propia, el que elige ser fiel a un ideal noble sabiendo que lo importante es llegar a la meta de ser libre y no sólo de estar libre.

Pudieran venir bien a cuento aquellas palabras: “El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable persiste en tratar de adaptar el mundo a sí mismo. Por tanto, el progreso depende del hombre irrazonable”.

No creo que el hombre esté menos vivo cuando sufre. Hay incluso quien afirma que el dolor es una parte tan alta y tan digna de la vida como las mejores euforias. No se trata de restar dimensión al sufrimiento, “lo que nos hace sufrir nunca es una tontería, puesto que nos hace sufrir”, pero sí de transformar sus efectos en nosotros.

Casi todas las cosas importantes de este mundo hay que hacerlas dejando “sangre” en el camino. La vida no deja de ser hermosa porque sea difícil. En prisión tenemos la ocasión de poder encontrarnos con nosotros mismos. Será difícil que podamos hallar en la vida un tiempo tan amplio de soledad. Podemos dejarnos devorar por ella, pero también aprovecharla para repasar nuestra vida, nuestras actitudes, para deliberar sobre lo que hemos de arrancar de ella y lo que debemos potenciar. La cárcel nos ofrece la ocasión de acercarnos con verdadera crudeza a nosotros mismos, con realismo radical. Hemos de estar atentos a no dejarnos arrastrar por el pesimismo.

Cierto es que vivimos retirados de la sociedad, de nuestra familia y amigos, del entorno en el que hemos crecido y vivido, pero no menos cierto, también, que esta experiencia nos enseña quién es de verdad familia, quién amigo, qué hay de bueno y qué de malo en medio de nuestros ambientes. Seguramente nadie como nosotros pueda saber mejor por quién es querido y por quién rechazado.

La distancia, aunque dolorosa, nos ofrece una perspectiva distinta que incluso puede ser más objetiva en la observación e inspirarnos unas impresiones más seguras. Se descubre cómo muchas de las ofertas que la sociedad nos hace son, simplemente, innecesarias, cuando no falsas. Se aprende a seguir viviendo sin cantidad de artículos que considerábamos imprescindibles. Se refuerza la idea de que la felicidad puede alcanzarse por caminos bien distintos al del puro y duro materialismo. ¿Quién no valora de un modo nuevo un simple paseo, el poder reunirse con un amigo, el disfrutar de la tranquilidad del hogar?

La pluralidad de personas con las que aquí nos encontramos, sus actitudes ante la situación que nos toca vivir, su propia trayectoria personal, lo que les ha traído hasta aquí, su diversidad que lo distingue y lo común con uno mismo, nos puede aleccionar, invitarnos a cuestionar nuestra propia historia. En ocasiones nos servirá para que nos reafirmemos en cómo no debemos actuar y en otras como referente a seguir. La convivencia puede ser, debe ser, ocasión de enriquecimiento y no de conflicto.

Más que ninguna otra persona estamos emplazados a ser comprensivos y no intolerantes, a ejercitarnos en discernir y no en señalar, a ser críticos y reflexivos frente a la superficialidad, a creer verdaderamente en la posibilidad real de cambio y de transformación de las personas y la sociedad. Si no somos los primeros en creer en nosotros mismos y en luchar porque nuestra vida sea original y distinta ¿podemos pedirle a los demás que tengan fe en nosotros? Ésta es mi invitación a ver desde otra perspectiva la cárcel.

E. R. F.

viernes, noviembre 03, 2006

PENSAMIENTO LIBRE

Muchas veces cuando siento cerrarse tras de mí la puerta de mi celda enciendo un cigarrillo y, mirando por la ventana, me pongo a pensar en todos los puntos que he acumulado a lo largo de mi vida para acabar con mis huesos en la cárcel, a la que yo llamo "templo de meditación".

Cuando empecé a buscarme problemas, sí, digo buscarme, porque si no hubiese ido hacia ellos no hubiesen venido solos, al menos la mayoría de ellos, me vi envuelto en unas situaciones difíciles que tuve que afrontar sin nadie que me ayudara, por mis propios medios y que, ahora que estoy aquí, después de mucho meditar, me han llevado a plantearme la vida de otra manera.

Pues bien, después de haber reflexionado sobre mi vida y a dónde me ha traído y de haber analizado el porqué de todo ello he decidido dar carpetazo a todo lo anterior.

Todos los días cuando me levanto pensando en el tiempo que me queda por cumplir hago el propósito de vencer la rutina y de esforzarme por superar aquellas situaciones que pueden presentarme conflicto y aprovechar las que me sirven para crecer como persona.

Mantengo una disciplina conmigo mismo y procuro guardar con los demás unas reglas: respeto, educación, benevolencia, etc.

Con todo esto lo que quiero transmitiros es que hay que luchar por un cambio, por conseguir algo positivo, que nos haga empezar cada mañana de forma distinta.

C. D. R.

SUEÑOS DE LIBERTAD

Imagino la libertad cogiéndome de la mano, llevándome a lugares donde no existen las injusticias, no cabe lugar para las leyes pero tampoco para los delitos.

Alzo la mirada y observo que no existe el dinero, penas ni pobreza. Corro desnudo, con el viento golpeándome en el rostro cuando voy detrás de la felicidad.

Busco su amor dentro de mi sueño, pensando que soy la persona más afortunada y especial que existe en dichos lugares. Le rozo con mis labios para que desprenda sobre los míos la miel y la dulzura de los suyos.

Vagamos por un desierto inundado de felicidad, mezclada con armonía y respeto. Surgimos del fondo del mar alzándonos en vuelo alto y seguro para tocar la luna con nuestros sentimientos. Nos miramos a los ojos fijamente para decirnos por enésima vez que nos amamos.

Surcamos nuestras propias curvas con el tacto de nuestros corazones, nos sumergimos en la naturaleza de nuestra sed de libertad. Pero todo se queda en sueño lleno de deseo, rebosante de imaginación, atorado de pensamientos hacia un mundo imposible, sintiendo que la verdad rompe todos los esquemas de la felicidad y nos sumergimos de nuevo en la realidad, para descubrir que nos falta la libertad, que la felicidad completa no está a nuestro lado, que nos añora el amor, que la armonía nos abandonó y que nos queda el respeto y los sentimientos...

F. J. N. F.