Sobre el genio y lo que viven del genio de otros
Sigo leyendo mucho. Suelo añadir: afortunadamente, pero a veces lo que leo me deprime tanto que, si pudiera, leería un poco menos o dejaría de leer. Creo que estoy condenado a seguir leyendo lo obvio, a seguir sabiendo lo obvio y a seguir esperando que lo obvio se haga, además, realidad. Esta semana leí que, en una de sus largas cartas a su hermano, Vincent van Gogh le pedía que dijese a un amigo (que por lo visto no entendía su pintura): “Dile que mi gran anhelo es aprender a hacer algo que siendo inexacto acabe siendo más verdadero que la verdad literal”.
Frases como esa le reconcilian a uno con la lectura, con el pensamiento, con el arte y, hasta con la propia mismidad. Así, a bocajarro, escrita por un hombre que buscaba, desesperadamente un sentido a su vida, a pocos días de pegarse un tiro. Pintando, también desesperadamente lo que casi nadie entendía; esos “dibujos infantiloides” por los que hoy se pagan miles de millones. Diciendo claramente lo que quería conseguir con su peculiar forma de pintar: una nueva forma de expresar la verdad. Lo consiguió claro, por eso a nadie dejan indiferente sus cuadros, por eso hay que alejarse de ellos para poder ver esa verdad tan poco literal.
Pero… también he leído una entrevista que en un semanario hacen a Eduard Punset, al que como político, consideré siempre un auténtico pedante y ahora como divulgador científico… veo que efectivamente estaba en lo cierto y que ya no tiene remedio, en una de sus siempre engoladas respuestas dijo: “El mono agresivo que todos llevamos dentro se crece en entornos familiares despóticos, con el ejercicio abyecto del poder, la primacía de las convicciones sectarias y grupales y, la ausencia lacerante de competencia social y emocional en los sistemas educativos”.
Parece obvio pero, la verdad es que como divulgador podría haberlo hecho mejor, ¿no? A no ser que quiera divulgar sólo para unos cuantos, o que crea que el común de los mortales ha leído lo mismo que él y entienda que coño quiere decir con esta kilométrica subordinada. Entre otras cosas porque, aunque comienza la frase con verdades antropológicas, zoológicas y etológicas y; la continua (muy políticamente correcto, él) ya en realidades sociológicas muy de actualidad, sigue por cenagales que, evidentemente, no conoce y; la termina totalmente perdido en la enorme pradera de los muy diversos (y no todos tan incompetentes) sistemas educativos.
Porque, no es tan fácil… divulgar consiste en comunicar bien a la mayoría, los propios descubrimientos o los de otros, extender el conocimiento. No se logra construyendo tres o cuatro frases bonitas con verdades, medias verdades y verdades del tres al cuatro, cogidas de aquí y de allá para soltarlas en todas partes. Y mucho menos sin nombrar a sus creadores.
A. V. de B.
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