Como todos los asiduos lectores del blog habréis leído alguna vez, en el centro hacemos salidas con nuestros tutores y esta vez yo, interno del módulo 6 y diez compañeros tuvimos la gran suerte de ser incluidos a colaborar en un día de limpieza en una ruta que transcurre por un sendero pegado al río, el «Foxo do lobo».
Salimos del centro a las 9 de la mañana con nuestras botas y fundas de trabajo, como si de una empresa se tratase y seguidamente nos dirigimos hacia el río, donde nos disponíamos a disfrutar de una jornada de trabajo, pero también de convivencia y de diversión. A las 9:30 estábamos ya en la ruta, y empezamos a prepararnos para trabajar vistiéndonos las fundas para no ensuciarnos nuestra ropa. Entre todos fuimos formando una piña compartiendo esfuerzo, trabajo, bromas e incluso el tabaco, ya que no había ningún bar en los alrededores.
Lo primero que nos sorprendió a todos fue la belleza del paisaje, con una ladera preciosa y un bonito sendero, en el que se veían a lo lejos unas antiguas casas de piedra que a todos nos recordaban aquellas aldeas donde vivían nuestros abuelos y nuestros padres. Merece la pena conocer esta zona ya que es un lugar perfecto para practicar senderismo o para ir a pasear con la familia aprovechando estos días en los que luce un sol espléndido. Esta vez la familia la formábamos los internos del C.P. A Lama que tuvimos la suerte de disfrutar de esta salida terapéutica.
Repartieron todo tipo de herramientas: hoces horquillas, desbrozadoras, motosierras... y cogiendo cada uno sus herramientas, nos dirigimos al tajo. Como si de una máquina perfectamente engrasada se tratase, nos pusimos a trabajar todos juntos con el fin de limpiar el camino lo mejor posible. Unos empezamos desde las casas hasta el río y otros desde el río hacia delante. El trabajo fue saliendo perfecto, fuimos cortando zarzas, apartando los palos secos que obstruían el camino y depositando la maleza que íbamos quitando en el margen del sendero. Detrás venían los demás recogiendo lo que habíamos cortado, dejando así todo limpio para que más adelante la gente pueda venir a pasear sin tener que ir esquivando tojos, que medían más de un metro y medio, zarzas y troncos. A las 11 hicimos un pequeño descanso y nos sentamos todos a comer unos bocadillos. La jornada estuvo coordinada por la asociación ecologista “Río Barbeira” Tenemos que agradecer a gente como esta que sin pedir nada a cambio, nos inviten a comer y se relacionen con nosotros sin echarnos en cara en ningún momento los delitos que hubiera cometido cada uno de nosotros ni el lugar de donde provenimos. Así que se sentaron con toda naturalidad entre nosotros, a meterle algo al cuerpo para poder continuar el trabajo con fuerzas renovadas.
Salimos del centro a las 9 de la mañana con nuestras botas y fundas de trabajo, como si de una empresa se tratase y seguidamente nos dirigimos hacia el río, donde nos disponíamos a disfrutar de una jornada de trabajo, pero también de convivencia y de diversión. A las 9:30 estábamos ya en la ruta, y empezamos a prepararnos para trabajar vistiéndonos las fundas para no ensuciarnos nuestra ropa. Entre todos fuimos formando una piña compartiendo esfuerzo, trabajo, bromas e incluso el tabaco, ya que no había ningún bar en los alrededores.
Lo primero que nos sorprendió a todos fue la belleza del paisaje, con una ladera preciosa y un bonito sendero, en el que se veían a lo lejos unas antiguas casas de piedra que a todos nos recordaban aquellas aldeas donde vivían nuestros abuelos y nuestros padres. Merece la pena conocer esta zona ya que es un lugar perfecto para practicar senderismo o para ir a pasear con la familia aprovechando estos días en los que luce un sol espléndido. Esta vez la familia la formábamos los internos del C.P. A Lama que tuvimos la suerte de disfrutar de esta salida terapéutica.
Repartieron todo tipo de herramientas: hoces horquillas, desbrozadoras, motosierras... y cogiendo cada uno sus herramientas, nos dirigimos al tajo. Como si de una máquina perfectamente engrasada se tratase, nos pusimos a trabajar todos juntos con el fin de limpiar el camino lo mejor posible. Unos empezamos desde las casas hasta el río y otros desde el río hacia delante. El trabajo fue saliendo perfecto, fuimos cortando zarzas, apartando los palos secos que obstruían el camino y depositando la maleza que íbamos quitando en el margen del sendero. Detrás venían los demás recogiendo lo que habíamos cortado, dejando así todo limpio para que más adelante la gente pueda venir a pasear sin tener que ir esquivando tojos, que medían más de un metro y medio, zarzas y troncos. A las 11 hicimos un pequeño descanso y nos sentamos todos a comer unos bocadillos. La jornada estuvo coordinada por la asociación ecologista “Río Barbeira” Tenemos que agradecer a gente como esta que sin pedir nada a cambio, nos inviten a comer y se relacionen con nosotros sin echarnos en cara en ningún momento los delitos que hubiera cometido cada uno de nosotros ni el lugar de donde provenimos. Así que se sentaron con toda naturalidad entre nosotros, a meterle algo al cuerpo para poder continuar el trabajo con fuerzas renovadas.
I.F.Q.
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