domingo, octubre 12, 2008

VETERANOS

(Dedicado a Mario, Manolo, Félix, Isidro……y tantos otros)

Hoy os queremos hablar de una clase especial: los veteranos de prisión. Auténticos gladiadores, luchadores de mil causas, caminantes de mil patios, expertos en conducciones, catedráticos del Reglamento Penitenciario. Son hombres que ya lo han visto todo- en lo que a prisiones se refiere- que vienen de vuelta de casi todas las experiencias y emociones carcelarias y que solo buscan ya un lugar al sol del patio y la puerta de salida definitiva.

Actúan como auténticos guías “espirituales” de los internos recién llegados, son como un faro que ilumina el proceloso caminar por estos mares de recursos, instancias, escritos, etc. Su experiencia debe servir sobre todo, para que los mas jóvenes cometan el menor numero posible de errores: sobrevivir en el día a día y adaptarse al nuevo hábitat.

Sus vidas por separado, darían para la realización de grandes series televisivas de éxito: guiones cargados de anécdotas, historias propias y ajenas envueltas en las esperanzas y tristezas de todos los penales de España. Tragicomedia pura, en el mas fiel estilo Berlanga, pero nunca existencias vulgares, sino vidas vividas a tope con momentos exultantes de triunfo y de gloria mezclados con grandes caídas, depresiones y pozos profundos que a veces parecían no tener fin.

Nada les sorprende ni le emociona, ven la vida pasar como quien ve pasar un rió, solo creen en lo que ven y si esta en papel oficial mejor. Saben que el camino es largo y que no valen atajos, se sonríen por dentro cuando alguien recién llegado -envuelto todavía en la aureola de la calle y en las promesas de abogados y familiares esperanzados-
Les dice aquello de “yo me voy en ocho dias”. Cuentan sus hazañas por “campañas” y como los buenos bodegueros siempre destacan las mejores añadas: la del 91, la del 2003.

Triunfadores del tiempo, se han ganado un sitio en la paz de los campos y en el brillo del sol tierno de los amaneceres de sus aldeas, a las que volverán como viejos cruzados: admirados y reconocidos. Algunos, han entrado –sin quererlo- en la leyenda.
Viejos cuentos que los abuelos contaban al calor de las “lareiras” en el fragor del invierno gallego, reflejos de otros tiempos románticos de paisanaje, y de gentes buenas y esforzadas: había que tirar para adelante y ganarse el cocido sin coger la maleta para Alemania o Suiza. Tiempos duros y oscuros, tiempos heroicos.

Se han ganado el respeto de todos, el cariño de la “afición”. Viejos gladiadores, generación de heroicos, padres y abuelos en el destierro de la nostalgia y la emoción.
¡AVE VETERANOS! Yo os saludo.

T.D.

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