Desde la cárcel te escribo,
querida madre del alma,
sin ti, ya no tengo calma,
en esta sombra en que vivo,
las penas las sobrevivo.
Por esa fuerza que muevo
es la oración que hoy elevo
al supremo redentor, para que entienda el error
de la condena que llevo.
La libertad es lo primero
que tiene un hombre en la vida,
es una luz encendida que brilla en cada lucero,
es la grandeza del cielo y lo infinito del mar.
Es no tener que ocultar la cara tras nuestras manos,
es lo más bello y humano
que podemos conservar.
Sólo mi madre comprende las penas que he sufrido,
solitario en el olvido
donde nadie a mí me entiende.
Aquí en la cárcel se aprende lo que es pan,
lo que es abrigo, lo que es tener un amigo
cuando nos falta la suerte,
la cárcel es como la muerte
y por eso no la bendigo.
"Para el que no la ha sufrido
en versos, yo se lo digo"
H. T. M-9
La Poesía es algo realmente bello, en ella se expresa lo que muchas veces no podemos, en ella se reflejan incluso los silencios más profundos de nuestra alma. Muchas veces el ser más bello que tenemos en nuestra madre, la mano firme, el brazo extendido, el hombro de apoyo, al mirada de amor. Y mil veces más nos duele lo que le hacemos a ella, por encima incluso, de lo que nos hacemos a nosotr♠s mism♠s.
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