martes, noviembre 28, 2006

DIARIO INTIMO DE UN CONDENADO

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 1º

Esperanza y Confianza

Los que dicen que algo es imposible, harían bien en no molestar a los que trabajan para hacer posible ese algo.

La Esperanza es como el musgo, renace verde y frágil para vivir del agua y del aire y, a pesar de ellos. Los utiliza para reproducirse y su constancia logra erosionar y hasta cambiar la estructura y la apariencia de la piedra. Pero sobre todo oculta su duraza bajo un manto mullido que permite acariciarla sin herir la piel.

La esperanza nace en el corazón de los hombres y progresa en el alma de aquellos que saben convencer al miedo y ponerlo de su parte como un aliado poderoso, de los que no se rinden jamás. Hombres y mujeres con coraje, capaces de luchar por “algo” aun sabiendo de antemano que tienen todas las de perder y que… hay victorias menos dignas que una derrota. Incluso aquí dentro hay personas que saben que la libertad es una idea y que las ideas no pueden encerrarse.

La esperanza y el deseo de alimentarla nacen, unas veces porque se ha tocado fondo y otras porque se pone empeño en engendrarla. En el M-6 nos ha nacido un algo, una esperanza. Aun es un bebé, frágil y con un futuro incierto; es muy posible que no supere la infancia pero, un grupo de humanos estamos realmente empeñados en que la criatura crezca sana, para que viéndola otros se contagien de la ilusión y las ganas de trabajar por un futuro mejor que nuestro presente.

Cada día somos más, a un lado y al otro de la libertad y, es bueno que se sepa de los desvelos, logros y fracasos de este grupo, curioso por heterogéneo, en el que hay presos, funcionarios, educadores, psicólogas, trabajadoras sociales, jefes de servicios trabajando a pié de obra y unidos por una delicada confianza. Cierto que en cada acto de confianza nos arriesgamos a no ser correspondidos o incluso a sentirnos traicionados. Pero hay algo aun peor a no ver correspondida nuestra confianza, no arriesgarse a conseguir algo diferente. Y por aquí nos encanta el riesgo.

Yo contaré como va el bebé y si algunas veces escribo duro será porque esto no es una guardería. Si mi pluma parece un cincel será porque aquí reina el hormigón, como en el corazón de la sociedad. Algunos días este universo es como el corazón de las tinieblas pero yo no soy Joseph Conrad, ya me gustaría escribir como él. Contaré el viaje procurando no ofender la sensibilidad lo la audiencia porque, no es esa la intención.

Doy por hecho que los que esto leáis ya sabéis que, la imparcialidad es una utopía, que esto es mi diario, que en él vuelco mis experiencias, mis opiniones y las de otros y que, sólo me guía la esperanza. Abrahán Lincoln dejó dicho: Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión, sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas”.

A. V. de B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario