jueves, octubre 02, 2008

HA LLEGADO UN ANGEL (dedicado a D.Mario)

No, no se trata del famoso film que lanzó allá por los 60 a Marisol, al estrellato. Ni siquiera del famoso ángel que envían a la tierra en la navideña cinta de Frank Capra ¡Que bello es vivir! con la intención de mostrarle al protagonista como sería su vida y su entorno, si él nunca hubiera existido. este ángel es mucho mas cercano y terrenal. Se llama Don Mario, es funcionario y su fisonomía recuerda mas a un viejo cura de aldea, indulgente con sus feligreses y sus debilidades, que con el prototipo de querubín al uso.

De todas formas, Don Mario representa para muchos internos el concepto mas próximo y tangible de santidad: creen en él con una fe profunda y su presencia despierta las mismas emociones que una aparición mariana. Don Mario es para casi todos, la madre, la tía, la abuela, y hasta si me apuran el tío llegado de América.

Don Mario es un buen funcionario que lleva mucho mas allá sus deberes profesionales y se preocupa patriarcalmente de “todos sus hijos” que habitan por estos lares, quizás sabiendo que aquí somos todos un poco “hijos sin padre”. Y el cumple ese papel de padre y madre a la vez de los internos, siempre preocupándose por los demás y llevando siempre desplegada su bandera de bondad y bonhomía a prueba de bomba: porque a pesar de las decepciones que ha debido sufrir seguramente en su dilatada vida profesional, sigue siendo el hombre de los mil favores y del servicio desinteresado a los demás, en unas circunstancias en las que esta dedicación se agradece de una manera muy especial, por lo que conlleva recibir un paquete a tiempo, algo que se necesita con urgencia y que D. Mario atiende con especial diligencia, con la sola idea de hacer felices a los demás.

En un mundo cruel y egoísta, en una sociedad despiadada y egoísta, Don Mario representa la bondad y la verdadera filosofía de que el hombre solo es feliz cuando sirve al hombre y no vive de espaldas a la humanidad y a su espantosa realidad.

Yo me imagino que Dios tendrá un espacio muy preferente para este “superviviente” en las cinco estrellas que hay ahí arriba. Se lo merece. Igual que se merece el reconocimiento de todos los internos a los que ha servido con profesionalidad y devoción, las mismas que un medico rural cualquiera de los de antes. Lo malo es que habría que utilizar un estadio para poder dar cabida a tantos a los que ha servido y ayudado.

Estas letras son solo un homenaje a un hombre que como decía Machado “ es esencialmente bueno” Que Dios le bendiga y le de larga vida y felicidad. Es lo que le deseamos de corazón, los de aquí dentro.

T.D.G

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