viernes, diciembre 15, 2006

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 12 º

La Isla (2º parte)

Scarlet Johansson… Ese ente femenino (creo que es evidente que es una mujer), sí es una buena actriz y que morbazo tan especial ¿verdad? ¡Que boca dioses y que ojos! Nunca tendrá la belleza de Kate Wislet o Kate Blanchet, ni siquiera la de Mirando Otto pero, cuando alcance la madurez interpretará como Frances MacDermond. Vaya por Dios, creo que he nombrado al universo entero de mis actrices preferidas excepto Natalie Portman (Patme en Star Wars). Sigamos con la película.

Los clones viven apartados de una sociedad opulenta a la que nada importan. Una sociedad que prefiere no enterarse de lo que pasa más allá de su cuarto de baño y que apoya un sistema desigual, con leyes hechas para ser sistemáticamente incumplidas; una sociedad miope que permite que la banca les robe a diario impunemente y encierra a aquellos que roban a los bancos, sabiendo en su fuero interno colectivo, que los segundos son unos aficionados comparados con los primeros; sabiendo que es injusto. ¿Les suena esto a vuestras paternidades tanto como a mí?

En cuanto a la parte de “reprogramación mental”, en La Isla lo hacen mediante mensajes repetitivos que administran a los agnates mientras duermen en una suerte de úteros artificiales. Aquí son más humanos y nos dejan dormir, pero durante el día, la megafonía hace un trabajo parecido. Me han contado que cuando uno sale de prisión tiene que acostumbrarse de nuevo a levantarse, desayunar, comer, trabajar y acostarse, sin que se lo anuncien.

Las puertas aquí también se abren y se cierran “solas” y claro, las pocas que no tienen mecanismo hidráulico siempre están abiertas, porque la gente espera que alguien apriete el botón y las cierre. Aunque algunos las dejamos abiertas a posta, por llevar la contraria o porque una puerta abierta nos recuerda la libertad.

La lavandería de aquí no es tan buena como la de La Isla, no planchan la ropa ni la mitad de bien (me han dicho confidencialmente que sólo funcionan medio bien la mitad de las lavadoras). Los servicios médicos no son tan eficaces como los de La Isla y hasta donde yo se, tampoco tratan al personal de esa forma, es decir, no le extraen órganos para ponérselos a millonarios… en realidad aquí no extraen nada, en cambio dominan mucho mejor aquello que decía James Bond en una de las películas de la saga: “vive y deja morir”. Y en cuanto al sorteo hay algunas diferencias… aquí no es diario, es semanal. La ruleta funciona todos los jueves y aunque hay pocos premiados, son más que en La Isla y no van al mismo lugar, afortunadamente. Por cierto, en La Isla entró un insecto, aquí entran muchos más y algunos se quedan bastante tiempo y engordan con nuestra sangre los muy capullos. Este verano hubo unos cuantos miles que se quedaron hasta bien entrado septiembre. Algunas docenas perdieron la vida aplastados contra la pared de mi celda, dejando allí la sangre robada con nocturnidad y alevosía pero… no lo contéis por ahí hasta que revise el Código Penal, no sea que el asesinato premeditado de mosquitos se delito y me metan otra condena.

A. V. de B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario