martes, diciembre 12, 2006

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 8º


Seis de Noviembre

Hoy tengo uno de esos cabréos sordos pero cabrones, de los que si los dejas, en un par de días te hacen un bonito agujero en la mucosa gástrica. No debiera escribir en estas condiciones, pero coño… un buen enfado se puede sublimar también y acabar siendo un proceso creativo y además no quiero que se me olvide con que clase de gente nos jugamos la vida. No sé si es que no se han aprendido las reglas del juego, o si simplemente les apetece cambiarlas a su antojo.

* Lo anterior lo pongo para que no se me asusten si me sale algún “mecagoental”. Vamos al tajo.

Los Hechos: Tengo aquí al lado, casi cien kilos de compañero, con las manos como raquetas y el corazón de similar tamaño; al que después de unos cuantos años de cárcel llevados por derecho y trabajando como una mula, la Junta de Tratamiento de esta prisión (una de la más “tacañas” de España en este asunto), le ha concedido una progresión a Tercer Grado, ya saben, eso de trabajar en la calle y dormir en prisión. El Juez de Vigilancia Penitenciaria está de acuerdo con el informe de la Junta de Tratamiento y dicta un Auto para que se cumpla pero La Fiscalía recurre el Auto. Hasta aquí todo “normal y ajustado a derecho”, aunque podría estar más ajustado a derecho y mi compañero en semilibertad.

Los Dobles Juicios: El cabréo surge cuando leo la única motivación que esgrime la fiscalía, que paso a resumir … “A pesar de su excelente comportamiento y colaboración en el tratamiento penitenciario a que ha sido sometido y, del trabajo realizado en el CP, su mentalidad delictiva no se ha modificado y por lo tanto no procede la progresión de grado”. ¡¡coño!!¿? ¿y esto?. Vale, puede que su trabajo incluya oponerse a todo pero, para poner eso podría haberse contentado con manifestar su desacuerdo sin recurrir el Auto.

Los Prejuicios: Con la venia de sus señorías… me gustaría preguntar algo. Señor/Señora fiscal, ¿cómo sabe usted eso, si la última vez que vio a esta persona (si llegó a verla…) fue en el juicio hace más de cinco años?, ¿qué le hace suponer que el tratamiento penitenciario de estos años no ha servido para nada?, ¿ha leído el informe del CP?, Y si es así, ¿sospecha usted que los profesionales que conviven con el afectado a diario: los Señores Funcionarios, el Equipo Técnico y demás miembros de la Junta de Tratamiento son unos completos inútiles o, lo que es peor, que mienten de forma colegiada?, ¿O sólo recurre por llevar la contraria a Su Señoría el Juez de Vigilancia Penitenciaria?.

Los Perjuicios: Mi compañero sigue aquí y eso le perjudica a él. Su familia sigue sin él y eso perjudica a su familia, a su entorno y a la comunidad. El estado tiene que seguir pagando su estancia en prisión y eso nos perjudica a todos. El espíritu de la LOGP agoniza en ese recurso y eso perjudica a la democracia. Las medidas alternativas a la prisión no se aplican y eso prostituye la Constitución Española. A los que tal día como hoy (en 1978) votamos SI a esa Constitución, se nos saltan las lágrimas viéndola en tal estado y eso me perjudica doblemente.

Ya lo dijo Abrahán Lincoln “Todos los hombres nacen iguales pero es la última vez que lo son.


A. V. de B.

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