sábado, diciembre 02, 2006

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 4º

Diario Íntimo de un Condenado capítulo 4º


Paseo del Parque s/n

¿Que es una prisión?, ¿Qué pasa en una prisión? Es difícil contestar a esas preguntas y más, hacerlo desde un punto de vista informado y cercano a la imparcialidad pero, podemos intentarlo. Por muchos motivos, algunos obvios y otros no tanto la Institución Penitenciaria es opaca. Al sistema no le interesa que se sepa mucho acerca de la vida en una prisión, a la sociedad sólo le importa que los que están dentro no salgan. Y, a los que sobreviven a la cárcel tampoco les resulta práctico contarlo cuando alcanzan la libertad. Por razones no tan diferentes, tanto a los que trabajan en prisiones como a los exconvictos les interesa más mantener el anonimato, esconder los tatuajes y el uniforme.
Pero… siempre hay algunos que buscan la verdadera redención y para alcanzarla necesitan hablar como primer paso para superar “el trauma” y las secuelas que la cárcel infringe a todos los que la viven. Conozco a un hombre que a los 12 años vivía en un internado frente a la prisión de Carabanchel (Bajo), a la derecha del Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil (vaya por Dios) y a la izquierda de un colegio de “chicas bien”; hijas oprimidas por padres oprimidos por el sistema y reprimidos por el Opus Dei, en los últimos años de una dictadura fascistoide, ya más monótona y aburrida que agresiva.
Veinte años después, más al norte, ese hombre llevaba a su novia a prisión varias veces a la semana, porque vivía allí. Su padre era funcionario de prisiones y en esa época algunos tenían vivienda intramuros, al estilo de los anacrónicos cuartelillos de la Guardia Civil (tierra de nadie donde un hombre puede morir “sometido a la obediencia debida” por un teniente y siete agentes y… todo por la patria). Era costumbre entonces comer en casa de los padres de la novia los sábados y en la de los padres del novio los domingos.
Han pasado quince años y ahora el mismo hombre está aquí, en el M-6. Esta vez como “cliente”. Pensión completa en habitación doble a cuenta de la corona, sin el derecho a la intimidad que la misma ley que le condenó, le reconoce. Luchando cada minuto por mantener su dignidad lejos de los ataques que la misma ley prohíbe e intentando no desarrollar una personalidad “carcelaria”.
Ayer me dijo: “Escribe ahí que todas las prisiones que conozco parecen especialmente diseñadas y construidas para incumplir la ley que las regula” y, como el que tiene un master en prisiones es él, yo le reconozco el derecho y la autoridad moral de decirlo, lo escribo, acepto las consecuencias y, si hay capítulo 5º es que aun no me han ejecutado .
El emperador romano Marco Aurelio, que construyó escuelas, orfanatos y hospitales para las clases bajas; humanizó las leyes penales y el trato que los amos daban a los esclavos, escribió: “Necio es el que se sorprende al ver las cosas que suceden y de que son capaces los humanos”.


A. V. de B.

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